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Álvaro Silva, el gijonés que sufrió un ictus a los 23 años: "Ha sido un palo, pero creo que lo llevo bien"

El joven chileno, afincado en Asturias, desconoce la causa del accidente cerebro-vascular: "El único factor que puede salirse de lo normal es que me había vacunado del covid unos días antes"

La nueva vida de Álvaro Silva tras superar un ictus a los 23 años: "Ha sido un palo pero creo que lo llevo bien"

La nueva vida de Álvaro Silva tras superar un ictus a los 23 años: "Ha sido un palo pero creo que lo llevo bien" VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Juan Plaza

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La nueva vida de Álvaro Silva tras superar un ictus a los 23 años: "Ha sido un palo pero creo que lo llevo bien" Pablo Álvarez

–El día anterior, sábado, había estado de fiesta con mis amigos. Me fui a casa no muy tarde. Me metí en la cama. Por la mañana, me desperté. Noté un ligero dolor de cabeza. Supuse que sería la resaca y todo eso. Decidí ir a correr para despejar. Cuando estaba corriendo, noté cómo la parte derecha de mi cuerpo se dormía. Me caí. Me levanté. No entendía qué me pasaba.

Álvaro Silva Méndez rememora lo que le sucedió hace catorce meses. Tenía entonces 23 años. Ahora está a punto de cumplir 25. Nacido en Chile, vive en Gijón con su madre desde 2007. Prosigue su relato.

–Me levanté como pude y quise ir corriendo para mi casa, pero no podía. Al correr con una sola pierna, iba de lado. Me senté en un banco y miré alrededor a ver quién podía ayudarme. Llamé a una chica. Pero yo no era capaz de hablar ni una palabra. Yo estaba como flipando. La chica logró entenderme y llamó a la policía, que me llevó al Hospital de Cabueñes. De allí, me trasladaron en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA, Oviedo), donde me quitaron el trombo. Resultó que por la mañana estaba normal, y por la tarde estaba fatal.

Pese a su juventud, Álvaro Silva había sufrido un ictus.

–Conocía la palabra ictus, pero pensaba que era cosa de gente mayor con problemas de corazón o cosas así. No tenía la percepción de que pudiera suceder a gente joven.

"Ni yo ni nadie sabemos hasta dónde puedo mejorar; hay que vivir el día a día"

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El accidente cerebro-vascular le ha dejado huellas. Habla con lentitud y cierta dificultad. Su brazo y mano derechos están bastante limitados. Da la impresión de ser una persona muy tranquila. Ante el dato de un ictus a tan corta edad, la pregunta sobre las causas adquiere aún más sentido:

–Sé que en el ictus hay varios factores de riesgo, pero todos los que se comentan no son aplicables a mí. Fumaba algo, pero no era adicto, ni mucho menos. Vida sedentaria no llevaba: yo estaba fuerte. En la familia de mi padre, que es muy numerosa, ha habido casos de ictus, pero no sé. El único factor que puede salirse de lo normal es que me habían puesto una vacuna del covid unos días antes. Pero los médicos no me han dicho la causa concreta de lo que me ha pasado. Sí me dijeron que no pusiera más vacunas del covid.

Antes de su enfermedad, Álvaro Silva estudiaba informática. Con el ictus, tuvo que dejarlo por un tiempo largo. Reanudó sus estudios la semana pasada. Su vida ha cambiado mucho:

–Ha sido un palo fuerte, pero creo que lo he sobrellevado bien. Llevo una vida más o menos normal. Lo que tengo más afectado es la mano derecha. No puedo abrirla ni hacer nada con ella. No puedo andar en bicicleta o hacer otros deportes que me gustaban. Ahora voy más lento en muchas cosas, pero el ictus no me impide nada importante. Estudio, estoy rehabilitándome todo lo posible. Voy a rehabilitación al HUCA los martes y los jueves, y a un centro privado de Gijón los otros tres días. Los fines de semana salgo a tomar algo y hago cosas parecidas a las de antes. De vez en cuando salgo de fiesta, pero menos que antes.

Sería bonito decir que su caso ha generado cambios en los estilos de vida de sus amigos. Sería bonito, pero no tiene esa percepción:

–No me parece que hayan cambiado de hábitos. Ves gente que fuma, bebe, están gordos, y no les pasa nada. Yo no hacía eso, y me ha pasado. Parece cuestión de suerte. A mí, cosas que antes me parecían importantes, ahora me parece nada. Lo más importante es la salud.

A punto de cumplir 25 años, Álvaro Silva Méndez mira al porvenir con optimismo, pero reconoce que no todo el monte es orégano:

–De ánimo suelo encontrarme bien. Pero si pienso en el futuro, me deprimo un poco. Tengo una minusvalía. Supongo que tendré que tomar un anticoagulante de por vida. No sé cómo tendré la cuestión el trabajo. Me gustan la informática y la tecnología en general. Quisiera estudiar inglés. Todavía tengo margen de recuperación. Pero ni yo ni nadie sabemos hasta dónde puedo mejorar. Puede que mucho, puede que poco. Hay que vivir el día a día.

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