El HUCA tiene un "cole" para sus niños ingresados y así es cómo funciona

El área de Pediatría del HUCA alberga un aula destinada a que los niños ingresados no pierdan el ritmo de sus estudios: "Mejoran y aprenden a organizarse"

Mi cole es un hospital: así es el día a día en las Aulas Hospitalarias del HUCA

Lorena Landázuri

Lorena Landázuri

La séptima planta del área de Pediatría del Hospital Universitario de Asturias (HUCA) alberga una sala que pocos conocen. Un espacio que cada semana recibe la inesperada visita de un cuentacuentos, de miembros del Oviedo Club de Baloncesto, de los Reyes Magos cada 5 de enero o del mismísimo Spiderman.

Una sala presidida por una pizarra, con pequeñas sillas de colores y estanterías repletas de libros, en la que la actividad empieza a las 10.00 horas de la mañana: es el aula hospitalaria, un "cole" dentro de un hospital en el que los docentes visten bata blanca y los pacientes se convierten en alumnos.

El "cole" que se esconde en el hospital

Los alumnos escuchan con atención el cuentacuentos / Miki López

Este servicio que se inserta en el área de gestión clínica de infancia y adolescencia del HUCA ofrece a los menores que permanecen ingresados en el hospital durante periodos prolongados recibir docencia y seguir con su currículum académico de manera habitual. Los beneficios son innumerables. "A nivel académico, los niños siguen con su formación, sin descolgarse de sus compañeros, y desde el punto de vista sanitario es una actividad que les permite por un momento olvidar que están en el hospital, algo que ayuda a que su recuperación sea más rápida", indica Corsino Rey, director del área de Pediatría del HUCA.

"Este trabajo es un regalo; las lecciones nos las dan ellos a nosotras"

Sonia Pilar Muñiz

— Profesora de las aulas hospitalarias

Una atención docente que va más allá del aula y que llega hasta las habitaciones de los menores, las diferentes plantas del hospital, la UCI pediátrica e incluso al domicilio. Todo con el objetivo de que "los niños tengan una visión diferente de su enfermedad", añade Rey.

Personal sanitario y docentes son parte de un engranaje que funciona a base de coordinación y comunicación. Valores que adquieren especial importancia cuando se trata de menores con problemas oncológicos. "En estos casos, cada mes celebramos una reunión multidisciplinar en la que nos coordinamos todos y a la que acuden responsables de oncología pediátrica, hematología pediátrica, los responsables de las plantas de la UCI, psicólogos y trabajadores sociales para valorar el caso de cada niño desde el punto de vista de la salud, de la educación, la psicología y las necesidades sociales. Esto nos permite ayudar mejor a estos pacientes y a sus familias", recalca el director del área de Pediatría.

El "cole" que se esconde en el hospital

Los alumnos entran al aula hospitalaria / Miki López

Siete profesoras –cuatro en el hospital y tres que acuden a domicilios de toda Asturias– conforman el equipo docente que imparte clases en las aulas hospitalarias. Sonia Pilar Muñiz lleva ya seis años siendo parte un proyecto en el que se involucró cuando "algo me hizo click y me lancé a probar esta experiencia". "Es un trabajo que considero un regalo por lo gratificante que resulta y porque las lecciones nos las dan los alumnos a nosotras", confiesa.

Una de esas lecciones es la actitud con la que los pequeños avanzan por el pasillo y entran en el aula. Una sonrisa se les dibuja al cruzar la puerta y descubrir que, justo antes de empezar a lidiar con matemáticas, lengua o ciencias naturales, un cuentacuentos les espera para afrontar el día con otro ánimo. "El ambiente es muy alegre en el hospital. Intentamos hacer dinámicas que nos permitan disfrutar a nosotras y al alumnado", añade la docente.

"Ayuda a que los niños tengan una visión diferente de la enfermedad"

Corsino Rey

— Director del área de Pediatría del HUCA

A diferencia de un colegio al uso, aquí las clases se imparten de lunes a jueves y se reserva el viernes para tareas de organización y planificación. "Tenemos una lista con alumnado ingresado de 3 a 18 años. Trabajamos mano a mano con el control de enfermería, que es quien nos dice qué pacientes pueden asistir al aula y cuáles deben ser atendidos en las habitaciones. A partir de ahí, empieza nuestra jornada", cuenta Pilar Muñiz.

Lorena Alonso es supervisora de enfermería y el nexo de unión entre sanitarios y profesores. "Les decimos a las profesoras cómo está cada alumno, si han pasado mala noche y en función de eso se adapta la clase. Para los pacientes, esta actividad es un aliciente, sobre todo los de largo ingreso, porque les ayuda a salir de la rutina. No solo reciben clase sino que celebran actividades, hacen juegos... es algo muy agradable para ellos porque están en contacto con más gente, no solo con los médicos", explica Alonso.

El "cole" que se esconde en el hospital

Una niña sujeta un peluche en un momento del cuentacuentos / Miki López

En el HUCA son 50 alumnos los que pueden disfrutar de esta asistencia. De ellos, 15 con ingreso de larga convalecencia y a los que se da prioridad en la atención por habitaciones. "Son alumnos que tendrán que sacarse el curso aquí, incluso graduarse. Tenemos dos alumnos de segundo de Bachillerato y una de cuarto de la ESO por los que tenemos que luchar e intentar que saquen sus títulos", señala la profesora.

"Para los pacientes es un aliciente que les hace salir de la rutina y estar en contacto con la gente"

Lorena Alonso

— Supervisora de enfermería

Y es que la temida EBAU también puede aprobarse en el HUCA, y con nota. Una satisfacción para las docentes, que reconocen el esfuerzo que hay detrás de cada aprobado que se consigue en el hospital. "Cuando un alumno entra en las aulas hospitalarias, si ya era buen estudiante va a seguir siéndolo, y si no destacaba por los resultados académicos puede mejorar porque aprende a organizarse, retoma la rutina que había perdido y se obtienen muy buenos resultados", insiste Pilar Muñiz.

Esta experiencia no solo enriquece a médicos, docentes y alumnos. También ayuda a digerir hasta los diagnósticos más complicados a los padres de los menores. "Cuando se les comunica que sus hijos durante un tiempo no van a poder acudir al colegio o al instituto, enseguida nos llaman. Es un servicio que agradecen y valoran muy positivamente", dice la profesora.

A la izquierda, dos alumnos se dirigen al aula. Sobre estas  líneas, de arriba abajo, una niña sujeta un peluche en un momento del cuentacuentos; los alumnos entran al aula hospitalaria; escuchan con atención el cuentacuentos, y una de las profesoras, Albi María Álvarez, da indicaciones a dos niños durante la clase. |  | MIKI LÓPEZ / ALBA C. GONZÁLEZ

Una de las profesoras, Albi María Álvarez, da indicaciones a dos niños durante la clase / ALBA C. GONZÁLEZ

Humanizar los cuidados y hacer que el Hospital se integre en la vida cotidiana es uno de los objetivos de una iniciativa que hunde sus raíces en 1982 en el viejo HUCA, donde se creó la primera unidad con una maestra. "Desde esa época hasta ahora todo ha evolucionado mucho. Pero igualmente somos un equipo que reivindica más apoyo y más profesores para ofrecer un mejor servicio a los alumnos y a sus familias", apunta Corsino Rey.

En el futuro más inmediato, los alumnos ya tienen una fecha fijada en su agenda, el próximo martes 23, Día Internacional del Libro y cita para la que están preparando todo tipo de actividades y que tendrá su culmen en una visita a la biblioteca del HUCA. "Es una alegría ver cómo les cambia la cara al entrar al aula cada día", dice emocionada Sonia Pilar Muñiz.

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