A mediados del mes de abril se empezaban a conocer casos de niños afectados por una hepatitis aguda, de inicio repentino, en Reino Unido e Irlanda. Poco a poco desde distintos países iban sumando casos hasta llegar hasta superar los 200. 

Hasta el momento, casi todos casos han surgido en Europa (114 en Reino Unido; 13 en España (aunque sólo 8 cumplen los criterios para iniciar una investigación) ; 6 en Dinamarca; 4 en Países Bajos, al igual que en Italia; 2 Noruega y en Francia y 1 en Rumanía y también en Bélgica). Fuera del viejo continente hay doce casos en Israel y 9 en Estados Unidos.

Según informa la Organización Mundial de la Salud, de los niños afectados, con edades entre 1 mes y 16 años, 17 han tenido que recibir un nuevo hígado y sólo se ha informado de un fallecimiento. 

El Ministerio de Sanidad, en su último informe publicado este viernes, 22 de abril, señala que cuatro de los ocho casos confirmados de hepatitis en nuestro país, son causados por un adenovirus. Era una de las hipótesis que estaba ganando más fuerza en los últimos días.

"Es necesario mantener la intensidad en la vigilancia y las actuaciones que ya se están realizando para la investigación de los pacientes, para confirmar o descartar si existe un incremento de casos de hepatitis, valorando siempre con prudencia el efecto de la búsqueda activa de casos compatibles en el incremento de casos notificados respecto a años en los que no se realizaba esta acción", específica el informe.

Los pediatras piden cautela 

Pero ¿qué está causando estas hepatitis? Pues todavía no hay datos claros. En un comunicado conjunto de la Sociedad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, la Sociedad Española de Infectología Pediátrica, la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría y la Asociación Española de Pediatría, señalan que "a día de hoy no se ha identificado una causa única que justifique el aumento de casos que algunos centros han experimentado". 

Además, estos expertos también aclaran que "la alteración de las pruebas de función hepática es un fenómeno relativamente frecuente en una serie de enfermedades comunes en la infancia como son los procesos infecciosos".

Cuando esto ocurre, la mayoría de estas afectaciones al hígado son leves y se resuelven a los pocos días. 

"La aparición de casos de hepatitis aguda grave y complicada es un fenómeno habitualmente poco frecuente y no siempre relacionado con agentes infecciosos más o menos conocidos"

Y es que, aseguran, en ocasiones se producen en el contexto de intoxicaciones, interacciones medicamentosas o enfermedades crónicas hepáticas ya existentes.

Por todo ello, los especialistas del ámbito de la pediatría piden "cautela y serenidad a la población y a la opinión pública, pues no tenemos, a día de hoy, una hipótesis fiable que haga pensar en un crecimiento importante del número de nuevos casos".  

También hay expertos científicos que piden en estos días incrementar el esfuerzo en estudiar la trasmisión de virus en las aguas de abastecimiento. Quizás ya no se analizan tanto como antes y estamos en un momento en el que sería importante.

La hipótesis del adenovirus 41

En los últimos días se han barajado distintas opciones, entre ellas que el causante de las alteraciones hepáticas infantiles sea un adenovirus. 

Y es que al analizar muestras de fluidos de los niños afectados se ha detectado un adenovirus en al menos 74 casos. Por eso, en algunos ámbitos, se ha apuntado a que el adenovirus tipo 41 pudiera ser el responsable de este brote de hepatitis aguda. 

Pero, como explica la hepatóloga María Buti, miembro de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España, "existen más de 50 tipos de adenovirus. Así que ahora lo que hay que hacer es tipificarlo en todos los casos, para concluir que todos ellos se deben al mismo tipo de adenovirus". 

¿Qué son los adenovirus?

Los adenovirus son agentes infecciosos muy comunes. Por lo general, afectan a las vías respiratorias, aunque a veces pueden atacar a otros órganos, causando enfermedades como gastroenteritis, conjuntivitis o cistitis.

En el caso del adenovirus 41, sus manifestaciones más típicas son la diarrea, los vómitos y la fiebre, a menudo acompañados de síntomas respiratorios.

Generalmente este tipo de infecciones se suelen superar sin mayor problema en niños sanos y sin problemas de inmunidad. Pero esto no está ocurriendo en los 169 casos de hepatitis conocidos hasta ahora. 

A las sospechas de la comunidad científica se suma que las autoridades sanitarias del Reino Unido han detectado en los últimos tiempos un aumento significativo de las infecciones por adenovirus. 

Los síntomas más frecuentes son el dolor abdominal, la diarrea y los vómitos.

Cómo son los síntomas de estas hepatitis

Según explica la doctora Buti "cursan igual que el resto de las hepatitis y, en algunos casos desarrollan formas más graves llegando a necesitar un trasplante hepático". 

Según informa la OMS, en los casos de origen desconocido los niños presentaron los principales síntomas que presentaron los pacientes fueron:

• Dolor abdominal.

• Diarrea.

• Vómitos.

Tras entrar en la fase aguda y realizarles una analítica los niños presentaban niveles elevados de enzimas hepáticas. Además, "la gran mayoría de ellos no tenían fiebre", señalan desde la Organización Mundial de la Salud.

La hepatitis en la edad pediátrica

Desde las sociedades científicas pediátricas explican que "la hepatitis es una inflamación del hígado que cursa con una elevación en sangre de unas proteínas llamadas transaminasas. Las causas que pueden ocasionar este proceso inflamatorio son múltiples y, dependiendo de la edad del paciente, habrá algunas más o menos prevalentes". 

En la población infantil lo más habitual es que esta patología tenga un origen infeccioso, normalmente vírico. Aunque también, las hepatitis pediátricas pueden tener otro origen "causas tóxicas, como el uso de fármacos o hierbas medicinales, o causas inmunológicas. También puede haber causas crónicas originadas por enfermedades metabólicas o genéticas". 

En circunstancias normales, las hepatitis en los niños presentan muy pocos síntomas o síntomas tan generales como: 

• Cansancio marcado excesivo. 

• Dolor abdominal.

• Náuseas.

• Vómitos.

• Diarrea. 

Los síntomas más propios de la hepatitis son:

• La ictericia, que es la coloración amarilla de piel y mucosas.

• La coluria, que es la coloración oscura de la orina.

• O la acolia, deposiciones de color muy claro. 

• También se puede presentar picor en la piel

Lo que si aconsejan los pediatras es que, ante la aparición de alguno de estos signos, se aconseja acudir a un centro médico para ser evaluado por un pediatra.

La higiene de manos es fundamental para prevenir las hepatitis.

Centrarse en la prevención

Mientras que se siguen realizando pruebas toxicológicas y virológicas que permitan determinar con más claridad a que responden estas hepatitis, lo mejor es poner más énfasis en la prevención. 

¿Cómo? Pues como señala la doctora Meera Chand, directora de Infecciones Clínicas y Emergentes de la Agencia de Seguridad de Salud del Reino Unido, insistiendo en la higiene de manos, supervisada en el caso de los niños más pequeños, y en la higiene respiratoria. 

Además, en el caso de que el niño presente síntomas como fiebre, diarrea o vómitos, lo mejor es que no acuda ni a la guardería ni al colegio hasta que los síntomas no hayan desaparecido los síntomas. 

Y la pregunta es ¿surgirán más casos? La hepatóloga María Buti considera que es algo previsible porque "cuando se busca algo se encuentra (en este caso hepatitis de origen desconocido). Además, se ha pedido que se reporten los casos si aparecen así que podría subir el número de casos".