El otoño pasado la Agencia Española de Medicamentos advertía sobre los problemas de suministro de un fármaco destinado al tratamiento de la diabetes.

Detrás de esta falta de abastecimiento muchos señalaron el uso que muchas personas estaban haciendo del medicamento un método de adelgazamiento

Hablamos de la Semaglutida, un fármaco perteneciente al grupo terapéutico de los llamados análogos de la GLP1.

Su acción fundamental, y para lo que está indicado en la actualidad, es para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, también se ha visto que produce una reducción importante de peso

Pues bien, ahora un estudio ha demostrado que este famoso medicamento no solo reduce el peso, sino también mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada, es decir, “cuando el porcentaje de sangre que sale del corazón es menor al 40 %”, define la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Esta es una de las conclusiones del estudio STEP HFpEF, que se acaba de presentar en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress) de Ámsterdam.

La Semaglutida no solo trata la diabetes y adelgaza, también mejora la insuficiencia cardiaca

En nuestro país, este fármaco solo es recetado en algunos casos, tal y como explica el doctor Manuel Anguita, portavoz de SEC:

  • “Esta indicación de la pérdida de peso también existe, pero en España la Semaglutida solo está financiada por el Sistema Nacional de Salud en aquellos pacientes diabéticos mal controlados con otros fármacos y que, además, tienen obesidad. Para el resto de las indicaciones, lo tiene que pagar el paciente”.

¿Por qué mejora la insuficiencia cardiaca?

Desde la SEC explican que, desde el principio, la utilidad de este fármaco para la salud cardiaca era una posibilidad, ya que al controlar la diabetes y lograr reducir el peso, existían muchas expectativas de se pudiera asociar también a una mejoría del riesgo cardiovascular.

Ahora se ha podido demostrar gracias al estudio STEP HFpEF, llevado a cabo en pacientes con y sin diabetes, obesidad e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (ICFEP).

Y los resultados son prometedores ya que demuestran beneficio en los pacientes tratados con Semaglutida, tanto en mejoría de la calidad de vida como en la reducción de peso. 

Pero, además, en objetivos secundarios se demuestra un beneficio en el pronóstico en estos pacientes, ya que disminuye el número de episodios de insuficiencia cardiaca, disminución de marcadores de esta patología y una mejoría en el test de los seis minutos, una prueba que sirve para diagnosticar la gravedad de algunas enfermedades cardiorrespiratorias. 

Este fármaco solo está financiado para pacientes diabéticos con obesidad.

El doctor Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la SEC hace una valoración muy positiva de los resultados del estudio:

  • “Ha demostrado como la Semaglutida, en pacientes obesos, diabéticos y no diabéticos, con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada muy sintomáticos, es capaz de reducir el peso de estos, lo que se acompaña de una clara mejoría de la sintomatología, así como de los niveles de NT-proBNP. Esto nos hace pensar que tratando la comorbilidad de la obesidad somos capaces de prevenir la insuficiencia cardiaca”. 

Por su parte, la Dra. Mª Rosa Fernández Olmo, presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, coincide en que

  • "Estos resultados son muy importantes porque van a cambiar la práctica clínica diaria de los cardiólogos, añadiendo este tratamiento a este tipo de pacientes".

La obesidad en el punto de mira de los cardiólogos

Las conclusiones del estudio suponen un punto y aparte sobre la relación entre la obesidad y la insuficiencia cardiaca.

En palabras del doctor Domingo Marzal, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC:

  • “Los cardiólogos debemos entender que existe una íntima relación entre la obesidad y la insuficiencia cardiaca. Es un estudio que demuestra, más allá de la reducción de peso, cómo impacta directamente en biomarcadores y en resultados clínicos en insuficiencia cardiaca”.

Por otro lado, la doctora Castro asegura que,

  • “Este estudio refleja que aprender sobre obesidad en cardiología es una asignatura pendiente. La obesidad es una enfermedad muy compleja que va más allá de la pérdida de peso como bien nos ha enseñado este estudio con la disminución de marcadores inflamatorio y péptidos, por lo que desde el Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC tenemos mucho trabajo que hacer”.

En España, la insuficiencia cardiaca afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años.

Los cardiólogos reclaman el uso de la semaglutida para la insuficiencia cardiaca en toda España

Más allá del estudio en cuestión, recientemente se han publicado los resultados preliminares del otro trabajo, el estudio SELECT, realizado también con Semaglutida, en este caso, en pacientes obesos no diabéticos que tienen enfermedad cardiovascular. 

Los datos preliminares indican que, en este grupo de pacientes (prevención secundaria de enfermedad cardiovascular), también mejora el pronóstico y reduce la mortalidad. 

Por todo ello, “desde la Sociedad Española de Cardiología queremos transmitir que, cuando un fármaco demuestra que es muy eficaz porque mejora la calidad de vida de nuestros pacientes, en este caso con insuficiencia cardiaca, o incluso el pronóstico.

Es muy importante que en España existan los canales necesarios para que estos fármacos se puedan utilizar lo más rápidamente posible, y que no haya inequidades entre las diferentes comunidades autónomas”, reclama el doctor Julián Pérez-Villacastín, presidente de la SEC.

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El ESC Congress, cuyo lema es “Unir fuerzas para proteger el corazón”, pone el foco este año en la insuficiencia cardiaca, enfermedad con una elevada y creciente prevalencia e incidencia, así como una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. 

En España, afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74. Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2 y el 3% del gasto sanitario español.