Revuelo esta mañana en La Fresneda por temor a que un establecimiento local que, entre otras cosas, tiene panadería, fuese clausurado por la Policía local, tras haber recibido una denuncia por el ruido que emitía su máquina amasadora, la misma que lleva siete años en funcionamiento en el negocio. Finalmente, a pesar de la nutrida presencia policial y de personal municipal, la intervención se saldó sin altercados y con final feliz para los propietarios, que pudieron mantener su tienda abierta, precintando únicamente la máquina conflictiva: “No me podía permitir cerrar bajo ningún concepto”, aseveraba contento uno de los propietarios, Sergio Bueno.

 Según relata, “29 familias dependen del negocio y venimos de más de un año muy duro, con la pandemia”. Por eso tenía claro que “haría lo que hiciera falta para evitarlo”, planteándose incluso encadenarse.

Los problemas, según el relato del afectado, comenzaron para él “hace una semana”. Siempre según su versión, “personal municipal vino a medir el ruido por la denuncia”. Entonces, habrían tratado de solucionarlo “con las medidas correctoras que nos indicó el Ayuntamiento”.

 Sin embargo, no fueron suficientes y en una segunda medición del ruido, los niveles volvieron a salir elevados. “Anteayer nos avisaron de que vendrían a precintar el local”, relata Bueno, que estaba decidido a evitarlo.

 Finalmente, el Ayuntamiento les dio una nueva oportunidad, limitándose a precintar los agentes municipales la máquina. Ahora, Bueno tiene previsto comprar otra amasadora, “que no genere ruido” y trasladar la actual a un lugar donde no genere problemas.