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Les Folgueres exige solucionar las deficiencias del colector de la zona

Las jornadas de lluvia intensa incrementan los problemas de capacidad de la infraestructura y las aguas fecales desbordan en algunas zonas

A la izquierda, los restos de aguas fecales a la entrada de una casa. | I. G.

Cada vez que llueve, las aguas fecales que tienen origen en la gran área comercial de Paredes y alrededores circulan libremente por el pueblo de Les Folgueres. Es un olor penetrante que se cuela por las casas de los vecinos y deja tras de sí restos de papeles y otro tipo de productos que la gente tira a los retretes de sus casas y del centro comercial. Ayer fue uno de esos días. Aunque a veces no hace falta ni que llueva: el colector, que no estaba diseñado con capacidad para un movimiento tan intenso, revienta. Esto es, se levantan las tapas de las alcantarillas y se forma en el pueblo un riachuelo nauseabundo.

El problema nació, explican, con la apertura de la enorme zona comercial en la que se ubica Parque Principado. La conducción de las aguas fecales a las que se enganchó el complejo comercial no estaba pensada para una actividad de tal calibre. Además, el pueblo de Les Folgueres está en una llanura. Por ello, las aguas residuales bajan y cuando llegan a la localidad se acumulan. Cuando hay mucha agua, más de lo que puede soportar el sistema, se desborda y “revienta, como una botella a presión”.

“Revienta como una botella a presión cada vez que llueve”, dicen los vecinos, “hartos” de soportar vertidos de aguas fecales

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Esas aguas residuales luego van al río Nora a través de sus afluentes. Como un ciclo, con riesgo de contaminación para el cauce y su vida piscícola. “Nos preocupa mucho; llevamos con este problema desde que abrió Parque Principado. Y cuando Ikea se enganchó también a este colector fue peor. Es que es ilegal; no se puede hacer así”, afirma Fernando Suárez, presidente de la Asociación de Vecinos y Propietarios de Parque Principado. El suelo tiene una especie de grasa de color negro y trozos de papel blanco. Llega hasta la carretera y también se mete dentro de la casa de Juan José González, que está harto del “olor a mierda”. “Cada vez que llueve es lo mismo. Pero es que ya no hace falta que llueva. Se levanta la tapa de la alcantarilla, empieza a salir agua, y ya, mal”, explica.

Se sienten en una lucha de David contra Goliat, sin que nadie se responsabilice de su problema. Por lo pronto, ayer llamaron al 112 para contar lo que estaba ocurriendo y se delegaron responsabilidades. Llegó la Policía Local y les hizo un parte. Llamaron al Seprona y les dijeron “que eso no era cosa suya, que lo único que podían hacer era denunciar al Ayuntamiento”. Y del Consistorio, pasó un técnico para ver cuáles habían sido los daños y encargar a una empresa que lo limpiase cuanto antes. “Siempre es parecido”, se quejan los vecinos.

Mientras tanto, la finca de Juan José González sigue con el rastro de aguas fecales de sus vecinos, usuarios y empleados del Parque Principado.: “Nosotros pagamos también nuestros impuestos”, concluyó González.

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