El archivo municipal de Siero guarda con celo documentación, informes, fotografías y todo tipo de fondos sobre la historia del concejo. Y entre sus centenares de cajas y material perfectamente ordenado hay miles de historias, grandes y pequeñas, sobre su devenir y también en muchos casos sobre las aventuras que corrieron sus vecinos. Una de ellas es sin duda la del sierense que en 1898 fue testigo de la explosión del acorazado Maine en La Habana.

Antonio García García, que así se llamaba, escribió hace más de un siglo una carta a su familia contándole lo sucedido y ese manuscrito se conserva en el archivo sierense. El joven narra en el texto, ilegible en algunos puntos por la peculiar caligrafía, como había vivido la explosión de la embarcación que el gobierno estadounidense de la época había enviado a la bahía de la capital cubana.

“Habana, 20 de febrero de 1898. Querido padre (…) Cojo la pluma en la mano para saber de su salud. La mía por la presente es buena, a Dios Gracias. Sabrá como en el día 15 del presente (mes) en el acorazado Maine de la marina americana sucedió una explosión (…) el susto que nos daría cuando dio el estampido que en la calle donde yo estoy se apagaron todas las luces. También les diré que yo creí que se acababa el mundo como también lo creyeron mis compañeros (…) Como me decían que se esperaba otra explosión más grande me fui para casa y desde allí contemplé las camillas que pasaban y de tantas que pasaron me dio mucha lástima (…)”, dice la misiva.

Reverso de la carta de Antonio García a su familia de Siero

Cartas de este tipo, las que los emigrantes escribían a los suyos desde sus países de acogida, hay varias en las dependencias sierenses que custodian el valioso patrimonio documental del concejo. Las familias las presentaban como prueba de que el autor de las mismas no era un prófugo, para poder justificar, cuando era llamado a filasque estaba en el extranjero y por ese motivo no podía responder al requerimiento de alistamiento. Entre otras, esta llamó la atención de Rosa Villa, la responsable del archivo, cuando inició la enorme tarea de recuperar y poner en valor el gran legado que hoy está disposición de la ciudadanía en los locales laterales de la antigua Casa de Cultura polesa.