El colegio La Ería de Lugones afronta una reforma integral de su instalación eléctrica, obra largamente demandada por cuestiones de seguridad y por la necesidad de renovación de un centro que tiene ya más de cincuenta años de vida. Los trabajos, que serán sufragados por el Principado, comenzarán el próximo lunes y tendrán un coste de 273.728 euros. El plazo de ejecución es de seis meses.

El de Lugones es uno de los centros que no pasa las verificaciones de los Organismos de Control Autorizado (OCA), ya que la instalación es tan antigua como el centro. “Es un problema de seguridad para todos los usuarios del colegio y de cobertura de necesidades, dado que cada vez usamos más dispositivos tecnológicos”, indica la jefa de estudios, Paloma Martínez.

Asimismo, el centro afronta otras necesidades pendientes desde hace años, como la instalación de un ascensor para hacer más fácil la movilidad entre plantas, y varios trabajos en la pista cubierta, que presenta problemas de filtraciones de agua cada vez que llueve. “Llevamos tiempo esperando que el Principado nos haga las obras, pero vamos paso a paso. Entendemos que lo primero es la renovación de la instalación eléctrica, porque de ello dependerá el resto de actuaciones”, reflexiona la jefa de estudios de La Ería.

La actuación en el sistema eléctrica no se considera un trabajo de reparación, toda vez que implica cambiar toda la instalación. Por ese motivo, el Ayuntamiento de Siero, tras realizar el proyecto de reforma para agilizar los trámites, consiguió que el Principado se haga cargo de las obras.

Vacaciones

Los trabajos se ceñirán al máximo a los periodos vacacionales para no interferir en el desarrollo normal de las clases, con la previsión de que estén finalizados poco después del inicio del próximo curso.

El centro, uno de los más veteranos del concejo de Siero, está, además, inmerso en la captación de alumnos para el próximo curso, ante la constatación de una caída en la matrícula con los primeros datos de que se disponen.

“En la actualidad, contamos con unos cuatrocientos estudiantes, pero estamos notando que la matrícula está aflojando pese al crecimiento de población general en Lugones”, indica Paloma Martínez. “Al final hay muchas familias que trabajan en otros sitios y optan por matricular a los niños en ellos”, añade la jefa de estudios, a la espera de que las obras de modernización sean un revulsivo para atraer estudiantes.