Electra de Carbayín cumple un siglo: historia de una aventura empresarial familiar nacida y asentada en Siero

La compañía celebra sus cien años de vida con una plantación de carbayos en el límite con Bimenes

Hace justo un siglo, un avispado industrial de Carbayín tuvo un pálpito que habría de llevarlo al éxito. La luz eléctrica acababa de desembarcar en las explotaciones mineras de la región y Perfecto Díaz tuvo claro que aquel avance, recién implantado en el pozo Candín, estaba llamado a jugar un papel fundamental en el desarrollo de los pueblos circundantes. Corría 1923, y aprovechando que a ochocientos metros de sus instalaciones empresariales se encontraban los generadores eléctricos del pozo, levantó un tendido y comenzó a solicitar concesiones para extender la corriente a las parroquias de alrededor.

Fue el inicio de una aventura empresarial de éxito que ya va por la cuarta generación, y que ha conseguido un hito no menor: Electra Norte (históricamente denominada Electra de Carbayín) es la única empresa familiar asturiana dedicada a la distribución de energía eléctrica en la zona central de Asturias, su capital es asturiano y permanece en manos de la misma saga desde entonces, con un equipo compuesto en la actualidad por trece personas. Este jueves buena parte de ellos se reunieron en una finca en el límite entre Siero y Bimenes, concejos en los que concentra su actividad como distribuidora de energía, para celebrar sus cien años de vida en familia y de forma ecológica, plantando un centenar de carbayos en un área de gestión comunal.

"Cumplir un siglo es muy complicado para cualquier empresa y en este sector un poco más si cabe", reconoce Juan Díaz, director general de la empresa y biznieto del fundador. Y por eso han querido simbolizar cada uno de sus años de vida a través de cada uno de los árboles "haciendo juego de palabras con nuestra marca mercantil histórica, con los carbayos que son una especie autóctona, asturiana, como nosotros", y con la idea además de rendir homenaje a los municipios en los que tradicionalmente vienen operando al elegir una finca que sirve de frontera, desde la que se divisan buena parte de las localidades a las que abastecen.

"Mi bisabuelo decidió llevar la red eléctrica a sus vecinos, y en una década hizo un gran despliegue por la zona que aún hoy mantenemos, y en la que hemos operado durante 75 años. Hemos dado un salto en los últimos 25 años hacia las renovables, convirtiéndonos en un grupo internacionalizado y de una dimensión más respetable, con muchas empresas afines colaboradoras", explicaba Juan Díaz rodeado de familiares y amigos en una ocasión tan simbólica, acompañados también por los alcaldes de Bimenes, Aitor García, y Siero, Ángel García.

Ha sido un camino largo y no exento de dificultades, condicionado por una orografía compleja, a través de la que llevar la luz a núcleos como Melendreros fue todo un reto. Pero los integrantes de la empresa coinciden: el esfuerzo ha merecido la pena, sobre todo porque han podido mantener el contacto con la raíz, la misma que sigue nutriendo una expansión que pasa en la actualidad por la generación propia de energía eléctrica con fuentes renovables, con un parque eólico en Boal, dos plantas de generación fotovoltaica en Crevillente (Alicante) y una central hidráulica en Arbás del Puerto (León), y con diversos proyectos de energías renovables en diferentes fases de desarrollo tanto en España como en el extranjero.

Y sin perder de vista que su vocación es la de "servicio y cercanía con los clientes". Los mismos a los que llevan alumbrando un siglo.