La Pola puede con la borrasca Karlotta y disfruta a tope de Les Comadrines más familiares

Los asistentes a la merienda alaban que la actividad se concentre en la plaza de abastos: "Ha sido la mejor decisión"

N la borrasca Karlotta ha conseguido aguar Les Comadrines de la Pola. Los vecinos se volcaron ayer con la merienda popular en una plaza de abastos en la que quedó constancia que la tradición tiene cantera. La fiesta es de las familias. "Solo hay que ver el perfil de los grupos que estamos aquí. Todo familias con niños", señaló Ana Blanco. Por ello, la decisión que la Sociedad de Festejos tomó hace ya tres años de centralizar todas las actividades en este espacio cubierto ha cuajado. "Es la mejor forma para poder seguir comadreando en pandilla. Nosotros no hubiéramos podido reunirnos en ningún otro lugar", opinó su amiga Cristina Vázquez.

Ambas recuerdan que de pequeñas ya salían con sus padres durante estas fiestas, porque "Les Comadres en la Pola siempre fue una merienda familiar". "Luego, en el colegio y en el instituto ya íbamos a algún prau a echar la tarde, y de mayores pasamos a los bares. Ahora, seguimos saliendo todos juntos, pero con los críos. Pasamos de ser diez al doble", detalló Vázquez

Su grupo era uno de los más numerosos de los que ayer acudieron a la merienda, pero no el único. Tamara Díaz asistió acompañada por sus "amigos de toda la vida". "Este año las fiestas están muy bien, porque han hecho cosas nuevas para los niños. Esta mañana vinieron hasta aquí y es una forma de que conozcan ya qué son Les Comadres", destacó.

Y es que ese es, precisamente, uno de los objetivos de la Sociedad de Festejos. "Hemos recuperado Les Comadres. En los últimos años de la anterior junta directiva no había casi nada. Nosotros queríamos volver a poner en valor las tradiciones y reforzarlas", explicó Sergio García, vocal de la directiva actual. Un reto que considera más que conseguido. "La gente joven se interesa por cómo hacer los bollos, los críos disfrutan mucho en los talleres y luego quieren hacerlo en casa... Hay que meterlos desde pequeños en esto", añadió.

Lo que está claro es que tanto pequeños como mayores se impusieron ayer a la lluvia y disfrutaron de una merienda de Les Comadrines que se alargó hasta bien entrada la noche. Incluso para aquellos que se estrenaban, como Marli Amorin, que acudió acompañando a unas amigas que salen "todos los años". "Por trabajo nunca podía venir. Esta vez tuve la oportunidad y aproveché. Por el momento, está muy bien. Luego echaremos unos bailes", indicó.

Desde Beirut, capital del Líbano, llegó Sofía Jalil. "Vine a visitar a mi hermano y mi cuñada, que viven aquí, y me trajeron con ellos. Yo voy donde ellos digan y lo estoy pasando muy bien", aseguró con una sonrisa en la boca, dispuesta a disfrutar de las viandas y de las actuaciones musicales que estaban programas por la Sociedad de Festejos.