Güela Pepi, homenaje de "borrachines" y nata azul al "pitufo gruñón" de Lugones

De la rotonda de entrada al polígono de Puente Nora al plato de postre, pasando por la pantalla de la "Güela Pepi". La popular abuela "youtuber" Josefina Argüelles, que suma un ejército de más de 158.000 suscriptores con sus grabaciones caseras desde la cocina de su casa en Fonciello (Llanera), ha triunfado estos días con una receta dedicada al "pitufo gruñón", la gran figura instalada en una rotonda de Lugones (Siero).

Fue el pasado Domingo de Pascua cuando preparó la elaboración como colofón a una receta dulce cuya base son los borrachines, elaborados con ingredientes sencillos, "más económico que un yogur", explica con salero la famosa cocinera. Con una barra de pan duro, cuatro huevos de corral "de les pitines sueltes", cinco cucharadas de azúcar, un chorro de leche, un buen almíbar de canela, azúcar y vino blanco, "Güela Pepi" realizó paso a paso un postre que "hice muchas veces cuando tenía el restaurante", y que no es complicado: se hacen bolas con el pan remojado en la leche, los huevos y el azúcar, y se fríen en abundante aceite caliente.

La sorpresa llegó al final del vídeo, cuando la salerosa guisandera propuso poner encima de un par de borrachines "un colibrí como ese que ‘Cepi’ (sobrenombre del alcalde, Ángel García), puso en en la rotonda, esa cosa azul". Es decir, "el ‘pitufo gruñón’ que puso el Ayutamiento de Siero en la rotonda de Lugones".

Un guiño al concejo vecino para "ver si el pitufo ahora se ríe, porque esto está que madre mía", bromea en su receta la vecina llanerense. El toque de color lo puso con una crema hecha con nata montada y colorante alimentario con el que coronó los borrachines, junto con una figura en miniatura del muñeco que ya se ha hecho tan famoso que "vienen aquí y tiran fotos de todas partes".

La receta suma más de 78.000 visitas en el canal de Youtube, que se ha convertido en una puerta al estrellato para Josefina Argüelles. Con 85 años, ameniza casi a dario a sus fans con recetas de todo tipo, grabadas en familia y salpicadas de chascarrillos, que han visto ya la luz en forma de libro. Una tarea para la que no escatima esfuerzos ni imaginación, como ha demostrado con el pitufo de Lugones. "Dedicado a todos los sierenses", recalca Güela Pepi, a la caza de nuevas ideas para seguir sorprendiendo.