Una biblioteca "corazón" para el colegio de La Fresneda en el Día del Libro

El centro estrena espacio rediseñado y renovado por madres de alumnos

El colegio de La Fresneda estrena nueva biblioteca

Lucía Rodríguez

L. R.

Los alumnos del colegio público de La Fresneda, en Siero, estrenaron ayer, coincidiendo con el Día del Libro, la reforma de la biblioteca llevada a cabo por un grupo de madres. Se trata de un nuevo espacio que se adapta a los modelos educativos actuales y que, a su vez, resulta atractivo para los niños y para fomentar el hábito de la lectura entre los más pequeños.

Fue hace dos meses cuando un grupo de madres del centro se marcaron el objetivo de mejorar el equipamiento y lo han logrado. Ayer, los más de cuatrocientos alumnos del centro pudieron conocer los cambios del "nuevo corazón del colegio", tal y como lo definió la coordinadora de los trabajos y tutora de sexto de Primaria, Marta Díaz. Nerviosas, y a la vez ilusionadas, Noemí Onís, Susana Espiniella, Cristina García, Adriana Bayón, Encar González y Carolina Garoz, junto con otras de sus compañeras, esperaron en el interior de la biblioteca la llegada de los escolares, impacientes por conocer sus opiniones acerca del nuevo aspecto de la sala de lectura. "Está muy chula", coincidieron Jimena Espino, Luis Sánchez y Martín Díez, tres alumnos de segundo de Primaria.

Lo que más gustó fueron "los sofás donde poder sentarnos a leer y los juegos de mesa". Destacaron, además, que "ahora los libros están mucho mejor colocados y podemos verlos mejor. Así será más fácil elegir".

Desde febrero, este grupo de madres, de manera altruista y voluntaria, estuvieron volcadas en el diseño de la nueva sala. "La implicación ha sido brutal y, sin su trabajo, todo esto no hubiera sido posible", reconocen María José Fernández, directora del centro, y Marta Díaz. Con el curso ya avanzado y la poca disponibilidad de horarios por parte de los profesores del centro educativo, "la tarea se nos iba a hacer demasiado larga", indican. "No tenemos palabras suficientes para agradecerles todo el trabajo y el esfuerzo", añaden.

Ellas se encargaron de vaciar estanterías, realizar el expurgo "de aquellos libros que se encontraban en mal estado o estaban obsoletos", realizar la catalogación de ejemplares e, incluso, de las tareas de pintura y elaboración de los vinilos. "Ha sido una experiencia genial y estamos encantadas de haber participado", aseguran las madres. Tanto es así que el grupo de trabajo surgido gracias a este proyecto tendrá continuidad en el tiempo. "La idea es que ahora ellas también se encarguen, en la medida de lo posible, de las actividades que podamos llevar a cabo en este nuevo espacio, como cuentacuentos, charlas didácticas o talleres", indica Díaz.

Por otro lado, los polesos que ayer pasaron por la plaza polesa de Les Campes se encontraron libros depositados en bancos, sobre las losas, al lado de las papeleras o en los portales. Se trató de la "Suelta de libros y piedras".

La iniciativa forma parte de la I Semana del Libro, organizada por algunos hosteleros de Les Campes junto con la Asociación Polarte, La Biblioteca de Milio o Piedres nel Camín.