Sentido adiós a Daniel Diego Vigil en la Pola, con el féretro a hombros de sus amigos

Emotivo funeral por el joven, de 21 años, fallecido el sábado en accidente de tráfico: "Somos muchos los que lloramos al despedirle"

Una "desgracia" ante la que no hay palabras de consuelo, una tragedia que ha golpeado a una familia de manera brutal y ha consternado a todo un pueblo. El dolor por la pérdida de Daniel Diego Vigil, "Danidie", que con solo 21 años perdió la vida el pasado sábado en un accidente de circulación, es indescriptible y en el funeral por el joven, ayer en la Pola, el silencio por la desolación solo se rompía por los muchos momentos en los que familiares y vecinos no pudieron contener las lágrimas.

El templo poleso de San Pedro estuvo abarrotado de gente para despedir a "una buena persona, un buen estudiante, un buen hijo". Cientos de personas se congregaron a las puertas de la iglesia parroquial sin poder contener la tristeza. "Era una persona tan joven, con esa vitalidad y que pase esto... Solamente podemos acompañar y arropar a la familia en esta situación", comentó afectado uno de los asistentes al funeral.

El coche fúnebre llegó en medio de un impresionante silencio. Sus amigos cargaron el féretro a sus hombros para introducirlo en la iglesia. Entonces, un sentido aplauso invadió la plaza, como una sentida despedida para intentar transmitir los sentimientos que a veces no es posible expresar con palabras.

Lo destacó el párroco, Fermín Riaño. "Hay veces que las palabras dicen y expresan poco, y en cambio los gestos lo dicen todo. No es raro que los compañeros y amigos lo hayáis querido traer en alto, por encima de los hombros y las cabezas", señaló durante la homilía.

El párroco, que tuvo en todo momento palabras de aliento para la familia y los amigos del joven, recordó como lo habían ido a bautizar un 23 de enero de 2003 –"así estaba apuntado en el registro"– y como seguramente hubiera llorado por el agua. "Hoy sois muchos los que lloráis al despedirlo", apuntó. Porque con solo 21 años, Daniel supo grabarse a fuego en el corazón de cada uno de sus amigos, de sus compañeros, de sus familiares... Esos que ayer fueron incapaces de esconder el dolor que supone perder a alguien querido, tan joven y sin esperarlo.

Los testimonios sobre la bonhomía del fallecido siguieron repitiéndose ayer. Que era "una persona maravillosa", siempre dispuesto a ayudar a los demás, trabajador, responsable, fueron las consideraciones comunes. "Si ha sido buena gente en parte es por vosotros, la familia y lo amigos. Nos hacemos buenos por los demás, que nos cuidan y nos quieren", dijo el cura.

"El amor siempre queda"

Daniel Diego Vigil era un gran deportista. Militó en las filas del Romanón, pasó por el Berrón C. F. y el año pasado ejerció como delegado del Atlético Siero, cargo que tuvo que dejar al comenzar a trabajar en una pizzería de la Pola. Riaño animó a los presentes a pedir perdón "por las veces que hayamos podido hacerle alguna falta". "Él, que era un buen deportista, alguna vez habrá puesto alguna zancadilla. Pidamos perdón también para las caídas que Daniel hubiera podido tener", añadió.

El joven había tocado el clarinete y formado parte del Bandín y la Banda de Siero. "Seguro que el recuerdo de estas vivencias está en vosotros y no desaparece. El amor no pasa nunca, aunque sean 21 años. El amor queda con uno y una siempre. Hoy le damos gracias a Dios por ese amor que Dani fue haciendo, tejiendo relaciones y haciendo equipo", alentó el párroco.

Daniel Diego Vigil falleció el sábado en accidente de tráfico cuando circulaba por la avenida de Gijón, saliendo ya de la Pola, con su Ducati. En ese momento, un coche aparcado junto a los edificios de la calle se incorporó también a la vía. Ni el conductor ni el joven tuvieron tiempo de reaccionar para evitarse. El motorista salió despedido varios metros y perdió la vida en el acto.