De Estocolmo a Siero: llega a Lugones el "Árbol de los Chupetes"

Los más pequeños podrán dejarlos en el olivo del Parque de la Paz, siguiendo una costumbre de los países nórdicos

De Estocolmo a Siero: llega a Lugones el Árbol de los Chupetes

Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez

Martín Fernández tiene cinco años y es de Lugones. En diciembre, coincidiendo con el día en el que Papá Noel haría realidad sus sueños, uno de sus traviesos elfos decidió que ya era hora de que abandonara el chupete y se llevó todos los que tenía en su casa. Él ha sido el encargado de depositar, ayudado por el alcalde de Siero, Ángel García, y la concejala de Políticas Sociales, María José Fernández, el primer chupo del "Árbol de los Chupetes" que este mismo martes ha sido instalado en el Parque de la Paz de Lugones, cerca de la zona de juegos infantil.

Esta incitativa, tal y como explicaba el regidor, "surgió en los países nórdicos hace ya 30 años". Concretamente, en Estocolmo, donde unas familias eligieron un árbol del parque de Skansen para ir colgando los chupos que sus hijos dejaban. Les convencían con historias de hadas para animarles a depositarlos y, a la vez, concedían a los pequeños la seguridad de saber dónde los dejaban.

Y es que retirar el chupete al bebé, por norma general, es casi siempre complicado, pero "no queda más remedio que hacerlo cuando llegan a cierta edad", indica Alberto Monsalve mientras corre por el parque detrás de su hijo Pedro, que cumplirá los dos años en julio.

Los niños copian lo que ven. Por eso, Laura Álvarez, madre de tres niños de tres, seis y siete años de edad, cree que "es una propuesta muy buena, porque así se pueden contagiar los unos a los otros". Carlota, la pequeña, fue la última que dejó el chupo. "Se lo llevaron los Reyes Magos", admite un tanto disgustada. Y su madre reconoce que "con ella sí que me resultó difícil".

Precisamente esa dificultad de muchos padres a la hora de quitar la costumbre de utilizar chupete a sus hijos es la que está poniendo de moda estos árboles. Ángel García destaca que "la iniciativa partió de una profesora que nos hizo la propuesta a través de las redes y, la verdad, que nos pareció muy importante. Por un lado, porque ayudamos a los padres a conseguir que los pequeños abandonen el hábito y, por otro, porque además va en esa línea de Siero que queremos y llevamos años transmitiendo a los vecinos del concejo".

Un Siero que verde también a través de las ramas de ese olivo en las que descansarán los objetos más significativos de la infancia, y "que esperamos que crezca mucho para albergar todos los chupos de nuestros pequeños ciudadanos", concluyó Ángel García.