En el año 752 de la fundación de Roma, y a raíz del primer empadronamiento hecho por Quirino, futuro gobernador de Siria, se produce una noticia que silencia y eclipsa las portadas de los medios de comunicación desde hace 2021 años y que nos dice que en la ciudad de David , Belén de Judá, nos ha nacido el Salvador, el Cristo o Mesías…Y desde entonces sus efectos son visibles en todas las ciudades y aldeas del universo, con mayor o menor intensidad, y en el corazón de muchas personas de bien de diferentes ideologías y es que su nacimiento trajo consecuencias ,ya que  nos dice de dónde venimos, dónde estamos y a dónde que tenemos que ir, y esto nos pasa todos los 24 de diciembre desde hace muchos años y sus efectos son visibles. Desde entonces el mundo ha cambiado, es otro, se puso en marcha la civilización del amor, de la comprensión, del perdón, de la generosidad…Y esto se hace más palpable en estos días de Navidad, donde la misma realidad, a pesar del ajetreo, ruido , compras y comidas, sensibiliza, avisa, despierta , y nos dice,  como me pasó hace unos días a la salida de un funeral por medio de  un amigo, sorprendido y emocionado ante la homilía del sacerdote celebrante  : “¡Cuanta generosidad!” . Expresión que me sorprendió y me hizo recordar el mucho bien que hace la palabra del sacerdote cuando Dios habla por su boca.

¡Cuánta generosidad a nuestro lado y no siempre  la vemos y apreciamos…¡ Generosidad en los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Pola de Siero que se desviven para que la palabra de Dios se escuche y vibre en sus trece parroquias! ¡Generosidad en el equipo de limpieza de nuestras parroquias que se preocupan de que la casa de Dios tenga la dignidad y decoro que merece; en las que venden la lotería de Navidad; en las que cuidan la Capilla del Cristo de Santa Ana!... ¡Generosidad en los fieles de San Pedro Apóstol que están haciendo serios esfuerzos , algunos dando lo poco que tienen, para que la rehabilitación del templo se pueda llevar a cabo – de abril a acá ya se han recaudado casi 160.000, aún nos faltan unos 80.000 euros…- ¡Generosidad en las monjitas de la Residencia Nuestra Señora de Covadonga que cuidan de nuestros mayores y les dan aliento de vida en situaciones difíciles ! Generosidad como la de aquel alcalde que pasó la nochebuena  apagando el fuego de una familia y arropándola ¡ ¡Generosidad como la realizan los donantes y voluntarios de Cáritas para satisfacer las necesidades de otros! ¡Generosidad de muchas asociaciones culturales y de festejos para estimular y alegrar a socios y vecinos, a cambio de nada, salvo la satisfacción del deber cumplido …¡Generosidad en dar vida y traer vida y responsabilizarse de la misma! Podría seguir enumerando otras muchas formas de generosidad que se dan en el día a día, pero creo que las citadas hablan por sí solas y evidencias que esta entrega en favor y pro de los demás cobra su origen, fuerza e intensidad a raíz de que el Niño-Dios quiso hacerse hombre , compartir nuestras fatigas y miserias-nació en un pesebre- acompañarnos, protegernos y decirnos que un auténtico cristiano, seguidor de Cristo,  no vive sólo para sí mismo, sino para los demás y para el Señor, y a ello se debe  entregar.

No hace mucho releyendo el Quijote don Alonso Quijano me decía que el mayor defecto del hombre era no ser agradecido, y haciéndole caso he escrito estas palabras que intentan agradecer y testimoniar tanta generosidad como veo a mi alrededor y estimular a todos a seguir en esa línea, ya que todos tenemos necesidad de todos y de quien menos pensamos vamos a necesitar. ¡Quién crea que por sí solo se basta, está muy equivocado! En esta sociedad del espectáculo, del éxito, viene bien recordar que de hábil a inhábil se pasa en términos de un segundo. Ya para concluir estas letras permitidme que acuda a la Biblia, a la Palabra de Dios y haga míos los deseos del Salmo (71) que dicen; “Que las montañas traigan al pueblo la paz y las colinas, la justicia”.

 

P.D Toda la cultura occidental y más específicamente la hispana se concentra en dos grandes libros: “La Biblia” Y “El Quijote” . Ambos exigen un lectura lenta, sosegada, breve y constante.