No son palabras mías, sino de un joven que se dirige a la madre de un colega, que espera en el Hospital para ser atendida por un médico y que hago mías para titular este artículo, con el objetivo de extender ese deseo a todos nosotros, ya que la segunda quincena de enero ha empezado furibunda y sembrando mucho dolor a nuestro alrededor. Ya sea con la muerte súbita de Adríán Vigil Gutiérrez, antiguo alumno del colegio, persona noble y transparente como el cristal,  vecino de Pola y a quien despedíamos a la media tarde del lunes, 17 de enero,  en Paraes, Bimenes. Sin apenas recuperarnos del dolor y de la sorpresa ,al día siguiente, 18 de enero, fallecía también de manera inesperada don Eustasio Sánchez Fonseca, Tito, sacerdote de la Unidad Pastoral de Pola de Siero, que fallecía en su casa de Valdesoto. Sacerdote contra la droga, discípulo de Jesús de Nazaret a quien siempre citaba como ejemplo o referencia en sus homilías y conversaciones. El día 29 de enero, en la parroquia de San Pedro Apóstol de Pola, por la tarde, despedíamos a Don Carlos Antuña Martínez , impulsor y presidente durante décadas de la Hermandad de Donantes de Sangre de Siero, persona cercana, de trato cordial, sonriente, con quien conversaba en esos vinos del mediodía y a  quien siempre recordaré por la ilusión que ponía en las campañas anuales de donación y la alegría que experimentaba cuando año tras año aumentaba el número de donaciones.

Pero la vida sigue y los humanos, que nos sabemos frágiles, somos conscientes que en nuestra trayectoria vital hay espinas y rosas, aunque últimamente abundan más las espinas, en forma de contagios, enfermedades, jóvenes en paro (casi un 38%)  o familias en exclusión. El Informe de Cáritas debe de ser de obligada lectura, pues que tengamos unos 11 millones de personas en el umbral de la pobreza, casi un 23% de la población española, no nos puede dejar indiferentes. Y si a todo esto añadimos las veleidades de nuestros dirigentes políticos convertidas en tablas electorales, encuestas o movimientos de tropas en el mar Negro, Ucrania… el margen para la esperanza se reduce. Seguimos esperando ese golpe de suerte que nos motive, que nos dé seguridad y estabilidad, pero de momento no viene. Lo único que nos puede  dar cierta tranquilidad es la promesa de Barbón cuando dice y cito textualmente: “ Sólo aceptaré el modelo de financiación si Asturias recibe más que ahora…”

Es 28 de enero cuando escribo estas líneas y en la tarde noche del día de Santo Tomás de Aquino,  patrono de los Teólogos, el llamado en su día “buey silencioso”, cuyos mugidos no dejan de oírse desde el año 1225, autor de la “Suma Teológica” y de bella oración “Adoro te devote”, nuevamente el dolor, la pena, me ha llevado hasta el bonito pueblo de la montaña cabraliega, de Arangas,  para despedir a un antiguo alumno, buen futbolista -mañana, sábado, sus amigos le harán un homenaje en el campo del Arenal Tragamón- buen amigo y excelente persona, Luis Manuel Victorero Sánchez ,” Chechi” , de 34 años, que después de una dolorosa enfermedad, nos convocaba a las 13 horas del mediodía para despedirle y rogarle a Dios que le proteja, que le tenga de su mano, que no le suelte, y a todo ello nos ayudó la sentida celebración del sacerdote don Pedro y la lectura y explicación de los escogidos textos sagrados, que nos invitaban a creer en la Resurrección del Señor y seguir sus mandatos, ya que si no nuestra fe es vana.

Han pasado más de diez años desde que una tarde noche de un sábado de otoño, en la casa de Cultura de Lugones, en una de esas jornadas culturales memorables organizadas por la Agrupación Folclórica Principado, los presentes percibíamos la belleza y plasticidad de la ceremonia del baile y exposición del Ramo que hacían las personas de Arangas. Hoy, la pena, el dolor, me ha traído a Arangas para decir adiós a uno de sus hijos, exalumno, buen amigo  y excelente persona.

¡Que Dios te tenga en la Gloria que bien merecida la tienes!

              

P.D

“Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,

Un hachazo invisible y homicida,

Un empujón brutal te ha derribado…”(Miguel Hernández)