El pasado 19 de febrero a las 10.30 de la mañana, unos cincuenta feligreses de la Unidad Pastoral de Pola de Siero, integrada por trece parroquias, se congregaron en la Iglesia de San Pedro Apóstol de la Pola , convocados por el Espíritu Santo para hablar, dialogar y plantearse metas en común y siempre bajo el epígrafe de “Caminar juntos”, traducción de la palabra “Sínodo”, pero con la particularidad que ahora los entrevistados, los opinadores son los fieles de las diferentes parroquias de Siero, de toda edad y condición. Abundan más las personas de mediana edad y con experiencias en diferentes cometidos de la Iglesia (Catequesis, Misiones, Coro, Cáritas, Consejo Parroquial, religiosas de la Residencia Nuestra señora de Covadonga…), pero también hubo aportaciones interesantes de jóvenes de la parroquia.

El plan de trabajo fue muy sencillo, operativo: lo verdaderamente importante era la opinión de cada uno de los presentes. Empezamos con una invocación al Espíritu Santo donde se recuerda que “estamos reunidos en tu nombre…Tú eres nuestro verdadero consejero…Enséñanos el camino…Concédenos el don del discernimiento…Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y de la justicia…” . Y después se inició la Presentación de la Jornada de la mano de Laura, Secretaria del Consejo Parroquial, y de don Sergio, que con la ayuda de las imágenes de power point nos mostraron el trabajo a realizar y los objetivos a conseguir. Una vez entregada la mínima documentación, consistente en un tríptico con las tres preguntas básicas, formados los diferentes grupos de trabajo de seis a ocho personas, estos se distribuyen por las diferentes dependencias del templo y hablan ,dialogan, intercambian vivencias, dudas y con afán constructivo se plantean como caminar juntos y mejor. Concluido el tiempo se hizo una puesta en común del trabajo realizado por los diferentes grupos. Las dos horas de la Jornada se fueron sin darnos cuenta, pero sirvieron de motivación y afianzamiento de nuestro fe. Es la primera vez que un Papa pide opinión a los fieles y estos con sus certezas y carencias, con su experiencia acumulada y siempre con el ánimo constructivo de “caminar juntos”, de evitar una “fe” que no se exterioriza ni comunica , que no transforma, han dado su respuesta y de ella he entresacado algunos aspectos que nos pueden servir de reflexión.

Se busca una fe más auténtica, más coherente, de más calidad. Sabemos que una de las principales dificultades en un mundo tan "empantallado" como este es que nos falta el asombro. Nos adoramos tanto a nosotros mismos que nos cuesta adorar a un Dios Padre y Creador, y es que a pesar de sabernos frágiles y más en tiempos de pandemia, nos hemos convertido en “dioses”, y todo ello auspiciado por un excesivo racionalismo que aunque no resuelve la totalidad de los enigmas de la vida, le hemos dado excesivo crédito, y difunde su mensaje corrosivo siempre que puede. Y a todo ello contribuye también nuestro compromiso tibio, que nos hace sentirnos Iglesia dentro de la Iglesia, pero fuera de ella, el mundo nos lleva, nos paganiza. A veces tenemos la soberbia de pensar que uno en la vida de fe lo consigue todo por sí mismo, cuando la verdad es que somos poquita cosa y lo poco que conseguimos es porque Dios quiere, siempre que se lo pidamos, pero viene bien recordar que no puede haber cristiano sin oración, sin práctica de sacramentos y que el mejor predicador de la Buena Noticia es el ejemplo.

¿Qué le piden los cristianos de la Unidad Pastoral de Pola de Siero a la Iglesia? Mucha fe, cercanía, humildad, ejemplaridad, coherencia…¡El orden de factores no altera el producto!

Hoy, a pesar del tiempo exiguo de la Jornada, encontré respuesta a una antigua pregunta que me hizo un campesino de Siero, en la cama del dolor… ¿Quién creó a Dios? Él, a pesar de sus exiguos conocimientos, desde la experiencia práctica de una vida de trabajo y esfuerzo, no podía admitir que las cosas se crearan por sí solas, que tenía que haber un primer motor creador, dinamizador de la vida, del mundo…Eso me pasa a mí y dirijo mi mirada hacia un Dios Padre que cuida de todos nosotros, sea cual sea el grado de inteligencia, belleza y riqueza que tengamos, pues tenemos el glorioso título de “Hijos de Dios”.

 ¡Enhorabuena a don Fermín y a don Sergio por estas jornadas de reflexión y que entre todos hagamos que la Buena Noticia llegue y anide en todo corazón humano!

 

P.D: Hace unos días San Marcos nos contaba la historia de un padre desesperado que se dirige a Jesús, el Maestro, porque tiene a su hijo poseído por un espíritu , para que le curase, y Jesús le dice: ” Todo es posible para el que tiene fe". El padre le contesta: “Creo, ayúdame porque tengo poca fe”.