Miré la aplicación en su móvil. Informaba de la energía que producían en aquel momento los paneles fotovoltaicos que tiene en su vivienda, cuál era la energía que en el momento consumía y la diferencia que se enviaba a la red eléctrica. La suministrada a la red era el 60 por ciento de la producida en aquel momento.
Pregunté a cómo se la pagaban y me contestó que hasta ahora a nada, que hacía cuatro meses que estaba en funcionamiento y que, por problemas administrativos o burocráticos, aún no estaba dado de alta oficialmente.
Supuse que una vez se resolviese le abonarían los atrasos por energía suministrada y me dijo que no. Y que, además, tardaría otros dos meses al menos en "legalizarse".
Pienso que estos detalles son indicadores del interés que la Administración tiene por los ciudadanos y por la naturaleza.
Las ayudas oficiales por instalación de este tipo de energía pueden retrasarse la tira y, además, entretanto, engrosando el bolsillo de las eléctricas por una deficiencia legislativa que no facilita la inmediatez de beneficio una vez puesta en marcha la fuente de energía.
El precio del kilovatio recogido apenas será el 10 por ciento del que tomará de la red cuando se necesite en los picos de consumo.
La instalación supuso un desembolso superior a los cinco mil euros, en unos 25 años se acabará la vida útil de las placas, antes igual acaban inversor y batería, además debe hacérseles una limpieza anual a las placas.
No sé, que si se echan números, el único beneficio sería el del medio ambiente. ¡Claro, y el de las eléctricas!
