Oviedo, E. URQUIOLA

Juan Carlos Moreno Cabrera, catedrático de Lingüística de la Universidad Autónoma de Madrid, presentó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, su libro «El nacionalismo lingüístico». La idea inicial del autor al abordar la obra era hacer una caracterización de algunos de los más llamativos nacionalismos lingüísticos de Estado, como el inglés, el francés, el indonesio o el ruso, para mostrar que existe un modelo común, un patrón, que se sigue en todos los casos. Al final, «en lugar de un volumen de mil páginas» decidió escribir un libro en el que utilizó el caso del español para explicar los postulados del nacionalismo lingüístico, ya que le pareció un «ejemplo interesante».

La obra consta de 300 textos comentados que caracterizan o revelan este tipo de nacionalismo y que, al final del libro, se encuentran agrupados de acuerdo con las diversas fases que Moreno explica. En la presentación, organizada en colaboración con el Seminariu de Filoloxía Asturiana de la Universidad de Oviedo, también participaron Guillermo J. Lorenzo, profesor titular de Lingüística General, y Ramón d'Andrés, profesor titular de Filología Española y Asturiana.

Moreno, expuso que en el nacionalismo lingüístico hay tres tópicos fundamentales: la superioridad, la unidad y la universalidad de la lengua nacional. «Y esto vale para el español, el ruso o para el chino mandarín», dijo el especialista. En el caso de la lengua española, existe la «falsa» idea de la supuesta conversión lingüística del castellano en español, en la que se afirma que «tuvo todas las cartas favorables» para expandirse por contar con cinco vocales, por su amplitud del sistema consonántico, o una sintaxis elemental. Por tanto, se llega a afirmar que es el sistema «más perfecto» posible y de ahí su expansión con alrededor de 437 millones de hispanohablantes. «Aquí no se está hablando de la lengua española, sino de una ideología. Yo defenderé siempre que el español no es superior a ninguna otra lengua o dialecto, porque no quiero que se utilice para fines deleznables», manifestó Moreno.

Otro de los puntos que quiso explicar el catedrático es la diferencia entre la lengua espontánea o coloquial y la estándar o culta. La primera es la que «hablan los niños sin necesidad de ir al colegio», la segunda es una elaboración de ésta, como es el caso del español que defiende la Academia. Por tanto, Moreno defiende que es falso el pensar que la lengua coloquial u oral es una degeneración de la culta, sino que es todo lo contrario. «Ni el castellano, ni el andaluz, ni el zaragozano son dialectos del español estándar» subrayó.

«Parece que tenemos un deseo enorme de subirnos al carro del imperialismo y demostrar que la lengua española tiene una vocación universal», apuntó Moreno Cabrera y afirmó que la lengua española se ha extendido por razones históricas y no por su superioridad. Para el experto, el nacionalismo lingüístico de Estado conduce a la minusvaloración de las demás lenguas y variedades y «se encuentra apoyado por la ciencia lingüística que da justificación científica y prestigio a ese nacionalismo», concluyó.

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