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O necesidad o desprecio

El doblete bíblico sobre la tierra de Dios y del hombre

Con la escopeta cargada, como viene siendo habitual, sectores tradicionalistas y conservadores (particularmente en EE UU) esperaban que se publicara cierta "eco-encíclica bergogliana" a la que, por supuesto, han recibido con desprecio. La Iglesia católica se ha subido con cierta agilidad -aunque precedida por el protestantismo liberal- a la cuestión de ecologismo, pero el propio Papa Francisco se ve en la obligación de aclarar en esta carta encíclica -"Laudato Si" (Alabado seas)-, que a pesar de que "el relato del Génesis invita a 'dominar' la tierra", lo cual "favorecería la explotación salvaje de la naturaleza presentando una imagen del ser humano como dominante y destructivo", ésa no es la "correcta interpretación de la Biblia como la entiende la Iglesia". Sin embargo, el "creced y multiplicaos" pesa mucho, y aunque el mundo entero no se reproduzca a causa del mandato divino, la Iglesia ya tuvo que ofrecer alternativas -morales- a un control de la natalidad al que acabó subiéndose de forma complicada y polémica hacia sus adentros.

Una lectura rápida de la encíclica del Papa revela ideas todavía poco sólidas en el ámbito del ecologismo católico. Curiosamente, entre los aludidos sectores conservadores predomina el negacionismo, por ejemplo, del calentamiento del planeta. El doblete bíblico de que "la tierra es del Señor" y de que fue entregada al hombre y a su libérrima voluntad, permite observar el ecologismo como necesidad o con desprecio.

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