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Misa tridentina, entrada libre

Un sacerdote de Lefebvre celebra en Oviedo la primera eucaristía tradicionalista bajo la autorización dada por Benedicto XVI

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Oviedo, J. MORÁN

Aunque celebrada mensualmente durante los últimos veinte años, la misa tridentina a la que ayer asistieron unos veinte fieles en Oviedo fue la primera bajo el amparo del «motu propio» de Benedicto XVI que autoriza la libre celebración de la misa de San Pío V o tradicional, es decir; la anterior a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II (1962-1965).

Dicho «motu» entró este viernes en vigor y permite que grupos de fieles soliciten a sus párrocos o al obispo la celebración de la misa tradicional, codificada en 1570, y que se caracteriza por ser dicha en latín y con el celebrante mirando al altar y al sagrario, de espaldas al pueblo.

La misa de Pío V, o tridentina, cayó en desuso a partir de la reforma conciliar y cuando la Santa Sede introduce la denominada misa de Pablo VI, el «novus ordo», o nuevo orden, la que actualmente se celebra en casi todas las iglesias del mundo católico.

Sin embargo, grupos de católicos que se autodenominaron «tradicionalistas» -por su defensa de la tradición eclesial frente a las innovaciones del Concilio- continuaron asistiendo a dichas misas, como ha venido sucediendo en Oviedo desde 1986. Al comienzo también se ofreció esta misa en Gijón.

El celebrante habitual de la misa tridentina en Oviedo es el sacerdote Carlos Mestre, barcelonés de 37 años y miembro de la Hermandad de San Pío X, congregación fundada por monseñor Lefebvre en 1970, y «aprobada inicialmente por Roma, y que tiene por finalidad la santificación de los sacerdotes a través, sobre todo, de la celebración de la santa misa tradicional, o de San Pío V, o tridentina, como sea que se la quiera llamar», explica Mestre, quien reside en la sede española de la fraternidad en El Álamo (Madrid).

La fraternidad, que cuenta con 475 sacerdotes en todo el mundo, atiende unas quince capillas en España, pero en el caso asturiano el lugar de reunión desde hace años es el hotel Regente de Oviedo, en una de cuyas salas se celebró la misa de ayer.

«Esto responde a que no encontramos parroquias donde se nos permita la celebración», comenta Carlos Mestre. No obstante, «quienes vienen a esta misa van a intentarlo, solicitando un templo o capilla para la celebración, y esperamos que el Arzobispo y los sacerdotes faciliten la aplicación del "motu proprio"».

Mestre explica también la situación canónica de la hermandad: «Sobre el obispo monseñor Lefebvre y los cuatro obispos que consagró en 1988 cae una supuesta excomunión que nunca hemos aceptado, dado que monseñor nunca tuvo la intención de formar una Iglesia paralela, sino de transmitir un poder de órdenes necesario para los sacramentos de la confirmación y del orden sacerdotal».

El sacerdote agrega que «esperamos que Roma, así como ha hecho justicia -es una manera de hablar- con la misa, lo haga también con esta supuesta censura que se dice ha caído sobre Lefebvre y los cuatro obispos».

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