Oviedo, M. S. M.

Los autores defienden sus derechos. El abogado y escritor Manuel García Rubio se confiesa «radical» en esta cuestión y, por tanto, defiende la obligación que todo consumidor tiene de pagar por lo que consume. Para que se entienda mejor la situación, García Rubio trata de explicarlo dándole la vuelta: «¿Por qué tiene alguien que beneficiarse gratis de lo que sea?» Visto así, resulta más difícil que alguien crea que tiene derecho a apoderarse del trabajo de otros sin pasar por taquilla.

«Mientras no se demuestre lo contrario, hay una ley de Propiedad Intelectual que estipula lo que hay que pagar por la creatividad y cómo se define», sostiene el escritor, para quien lo importante es «proteger el derecho del creador a ser remunerado por su obra y la obligación del consumidor de pagar lo que consume». «Lo contrario es una desfachatez que me escandaliza», afirma. Para el autor de «Sal», si las medidas del Gobierno para frenar la piratería no son eficaces, la propiedad intelectual corre riesgo de perder valor; y «si se llega a esa situación, el remedio estará en manos de los intermediarios, lo que va a suponer un deterioro de la calidad». Para evitarlo, García Rubio, más que soluciones jurídicas, pide técnicas adecuadas para frenar la piratería.

Más transigente con las descargas se muestra Verval, componente del grupo «Xera», para quien lo que está ocurriendo en el terreno de la ley de Propiedad Intelectual «es consecuencia directa de la caída en el consumo general del país». En ese sentido, considera que el recorte de gastos motivado por la actual coyuntura económica afecta en su medida a la venta de los CD. Asegura que ante la caída de las ventas hubo un aumento del número de conciertos que llegó casi al 10 por ciento en 2009.

Pero en lo que se refiere a los derechos de autor, tiene su propia teoría. «Creo que la modificación de la ley de Propiedad Intelectual pretende solucionar la situación de la industria discográfica y asociados (gestoras de derechos), y no la de los creadores, como se insinúa». Verval sigue creyendo que «piratería no es aplicable a los dignos usuarios que sólo quieren compartir cultura sin lucrarse; esta práctica, de dañar a alguien, daña a los mediadores».

«La música existió siempre, es una necesidad y en el fondo todos queremos difundirla». También subraya que desde siempre los músicos se ganaron la vida tocando y no vendiendo discos, por eso entiende que «lo único que hace internet es facilitar la difusión y su censura sin soporte jurídico puede perjudicar, aparte de al usuario medio, a la gran mayoría de creadores que no están asociados a ninguna gestora».

Chus Pedro, de «Nuberu», está claramente a favor de que se respeten los derechos de autor. «Veo bien que se descarguen contenidos, pero que me paguen, porque si no me están robando». Tiene clarísima la necesidad de que se regulen las descargas, «porque el trabajo del músico debe pagarse como cualquier otro servicio». A su juicio, la Administración «ha tardado en ponerse las pilas para atajar algo que debería estar regulado desde hace tiempo». La actual situación «nos ha hecho parecer delincuentes cuando reclamamos nuestros derechos», asegura.

De forma similar se manifestó el cantante Víctor Manuel, que criticó la tardanza con que llegan las nuevas medidas sobre las descargas en internet, «cuando el mercado ya está empobrecido en todas sus escalas». También dijo que la gente «igual que paga los langostinos de su boda tiene que pagar por la música que pone».

«Más que soluciones jurídicas, hacen falta técnicas para hacerlas efectivas»

<Manuel García Rubio >

Abogado y escritor

«La actual situación nos hace parecer delincuentes por reclamar lo nuestro»

<Chus Pedro («Nuberu») >

Músico