El desayuno por la nación americana al que Zapatero acaba de asistir nos da pie a recuperar un lúcido ensayo del judío Harold Bloom titulado «La Religión Americana» (1992 y reedición de 2006). Está claro que si Obama le hubiera inducido a asistir a un akelarre o a otra excentricidad cualquiera, el presidente español también hubiera acudido gustosamente. Pero, como insinuaba Henry Kamen en un artículo al respecto, donde se metió Zapatero de hoz y coz ha sido en un acto de afirmación de la fe americana subjetiva y mesiánica, contraria al Estado laico y opuesta también al modelo de las iglesias europeas y, particularmente, la católica.

La fe de la Religión Americana (RA) «es esencialmente política», afirma Bloom justo antes de citar al presidente Wilson: «EE UU tuvo el infinito privilegio de cumplir su destino y salvar al mundo»; sentencia que el fino judío apostilla con ésta: «Si América es un espíritu entre las naciones, entonces el siglo XXI supondrá un regreso a gran escala a las guerras de religión» (frase que el autor escribe en 1992). A esa nación-espíritu se ha llegado merced a que «los americanos insisten en que Jesús los ama personalmente», consecuencia del «crecimiento del yo americano» a lo largo de la historia (uno de los lemas del Desayuno de Oración es precisamente que se reza a Jesús «de tú a tú»).

Porque «la RA no es el "creer en" cristiano, ni el "confiar en" judío», sino un gnosticismo popularizado: fe es conocer cosas que sólo a mí, y acaso a los míos, han sido reveladas. En tal tesitura, «la figura de Jesús es infinitamente adaptable a cualquier necesidad o deseo concebible, colectivo o individual». Y un paso más: «El yo gnóstico se ha convertido en egoísmo y transforma la libertad del creyente para con los demás en la esclavitud de los demás». Después de todo, EE UU no es más que una «emulsión de plutocracia y teocracia», afirma Bloom, quien agrega una cita crucial de Bonhoeffer: «Dios no ha concedido ninguna reforma al cristianismo americano».

Aquí, en Europa, Reforma protestante y Contrarreforma católica modelaron un continente (creemos que más para bien que para mal). Pero miren ustedes por dónde -por Obama- Zapatero, que no acaba de acertar en sus discernimientos sobre religión y Estado, ha ido a meterse en un baño de fe americana, subjetiva, mesiánica e imperial; notas que, en cambio, la fe católica europea tiene contrapesadas gracias a que los delirios individuales o colectivos son eliminados o reconducidos por Roma. No es que Obama bien haya valido una misa, es que ha valido una sesión de cristianismo divagante.