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Arquitectura para los sentidos

El canadiense Christopher Salter expone en Laboral Centro de Arte una instalación en la que luces y sonido imitan los patrones de la naturaleza

Arquitectura para los sentidosángel gonzález

Gijón, Kike G. BLANCO

En uno de los muchos rincones de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial se puede experimentar desde ayer hasta el 10 de septiembre una sensación única, «n-Polytope». Una propuesta del canadiense Christopher Salter. Se trata de una instalación formada por un gran arco metálico del que parten una serie de cables equipados con dispositivos de última tecnología.

La estructura que forman los finos cables sostiene infinidad de minúsculos altavoces y 150 luces led. En torno a ella, otros emisores de sonido más grandes y una serie de láseres que se reflejan a su alrededor creando distintas formas completan la experiencia. El objetivo de Salter y su equipo es comprender al gran compositor rumano de raíces griegas Iannis Xenakis, que ya se interesó hace casi 50 años por imitar los patrones de la naturaleza y el cosmos. ¿Lo que más le llamaba la atención? Los cambios entre orden y caos.

La idea le surgía a Xenakis durante la II Guerra Mundial mientras dirigía unas manifestaciones en Grecia. Llegó a la conclusión de que un sonido en un lugar concreto despierta determinada respuesta en otro punto distinto. Poco a poco concluyó que lo mismo ocurría con la luz. Entonces fue cuando comenzó a mezclar sus conocimientos musicales y arquitectónicos para crear una estructura que calificara como «obra de arte total», al estilo de las óperas de Wagner. La denominó «Politopo» haciendo referencia a los términos griegos «poli» («muchos») y «topo» («espacio»).

Actualizando la idea, Chritopher Salter y su equipo traen a Gijón «n-Polytope», una relectura del trabajo de Xenakis. El objetivo es «analizar la experiencia del público y cuál es el efecto del sonido o la luz según donde los coloquemos», asegura el creador. El visitante se sumerge, entonces, en un ambiente cambiante, pudiendo sentarse a disfrutar de los 15 minutos que dura cada pase -ofrecidos cinco veces al día, a las 11.30, 12.30, 16.00, 17.00 y 18.00-, en un entorno arquitectónico que parte de la calma absoluta y pasa por el caos total, regresando, por último, a la tranquilidad del principio. Tecnología y naturaleza se funden en un intento de comprender las variaciones naturales que existen entre orden y desorden. Como asegura Salter, «en el contexto actual tanto los sistemas naturales como los artificiales están definidos por una extrema inestabilidad».

Para el director de actividades de Laboral, Benjamin Weil, la instalación de la obra en el recinto «supone un paso más en nuestro deseo de apoyar lo mejor de la creación contemporánea».

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