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El gran reto anual del aeropuerto

Santiago del Monte incrementa un 40% su actividad por los galardones y concentra en dos días un elenco de personalidades sin parangón en otras terminales de su tamaño

El gran reto anual del aeropuerto

El aeropuerto custodia un curioso "tesoro". Los libros de honor en los que han firmado la inmensa mayoría de los galardonados con los premios de la ahora Fundación Princesa de Asturias desde su primera edición, allá por 1981, hasta la de este año. En sus páginas están los autógrafos y dedicatorias dejadas por Nelson Mandela, Mijail Gorbachov, Norman Foster, Woody Allen, Isaac Rabin, Yaser Arafat y los cientos de personalidades que han llegado a a la región por vía aérea, bien para recibir una distinción o para participar en los jurados que los otorgan.

Un repaso a los nombres que aparecen en sus páginas da buena cuenta del reto al que se enfrenta todos los años por estas fechas una pequeña terminal aérea como la asturiana. Ninguna otra de su tamaño -y las de mayor capacidad en muy contadas ocasiones- acoge durante apenas un par de días tal concentración de autoridades en todos los ámbitos. Y lo ha hecho sin incidentes de mención en los 35 años de historia de las distinciones y sin que el operativo especial interfiera para nada en la actividad cotidiana de la instalación.

"Aspiramos a que lo único que pueda notar de extraordinario un usuario estos días es ver a alguien conocido por la terminal", subraya Carlos San Martín, director de un aeropuerto que se convierte en la puerta de entrada y de salida, de premiados, invitados y miembros del jurado.

Lo vivido ayer a mediodía en Santiago del Monte es solo un ejemplo, pero da buena cuenta del enorme trajín de estos días. A mediodía, y en apenas 15 minutos, desembarcaron en el aeropuerto la Reina Sofía; el líder de la oposición, Pedro Sánchez, acompañado de su esposa, Begoña Fernández, y el "emergente" Albert Rivera, de Ciudadanos, con su novia Beatriz Tajuelo, con relación familiar en Avilés, entre decenas de invitados a la ceremonia que se celebró por la tarde en el teatro Campoamor.

A las dos y media de la tarde, se habían juntado en la plataforma de la terminal siete aeronaves, tanto de línea como privadas. Entre estas últimas, llamó la atención de los curiosos, porque era visible desde el exterior, el espectacular jet en el que se desplazó el director estadounidense Francis Ford Coppola, galardonado con el premio de las Artes.

"El incremento de las operaciones que hemos tenido de jueves a sábado con respecto a una semana normal es del 40%", subraya Carlos San Martín, quien también llama la atención sobre el hecho de que los aviones procedentes de las grandes capitales españolas llegan estos días con mayor ocupación.

Aunque la mayor actividad se concentra entre el jueves y el viernes, el goteo de viajeros relacionados con los Premios se inicia ya el lunes, día en el que empiezan a llegar a la región los primeros galardonados. Explica el director que el aeropuerto dispone de un procedimiento de autoridades que se centra en lograr una buena coordinación entre sus necesidades y la actividad normal del aeródromo. Todo el operativo se desarrolla en estrecha colaboración con la Fundación Princesa de Asturias. "Mantenemos una reunión a anual con ellos y otra más específica cuando se acerca la Semana de los Premios", explica Carlos San Martín. La Fundación va facilitando información sobre los viajes de los galardonados y autoridades a los responsables del aeródromo, para que vaya adaptando sus procesos internos. "Si es necesario, adelantamos un poco el embarque, los controles de seguridad o la facturación, y también tenemos en cuenta otros aspectos, como si alguien trae seguridad propia", afirma Carlos San Martín, quien, a este respecto, y por poner un ejemplo, subraya el reto que supuso para la terminal tener al mismo tiempo al israelí Isaac Rabin y al palestino Yaser Arafat, distinguidos ambos en 1994.

Además de tener los medios técnicos y profesionales listos, el éxito de la terminal también depende de la meteorología. La semana empezó de forma negativa, con un caos en la conexión con Madrid que no fue responsabilidad del aeropuerto. Sin embargo, el tiempo despejado y sin viento del jueves y de ayer, permitió que la operativa se desarrollara sin problemas. Concluido el acto central, la "operación salida" se concentra entre ayer por la noche y esta mañana. La normalidad regresa hoy a la terminal asturiana, pero solo para un año.

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