Sassen: "Hay actores con mucho poder para hacer fronteras y son poco visibles"

"Ya sabemos que unas fronteras se abren y otras se cierran. La cuestión es quién tiene ahora capacidad para hacer nuevos tipos de fronteras: actores con mucho poder y que son muy poco visibles". La holandesa Saskia Sassen, catedrática de Sociología por la Universidad de Columbia y premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales en 2013, disertó ayer en Oviedo sobre la relación entre territorio, autoridad y derechos en la conferencia inaugural del foro constitucional "Espacio fundamentos". Está organizado al alimón por la Universidad de Oviedo y la Junta General del Principado. Lo dirige Ignacio Villaverde Menéndez, catedrático de Derecho Constitucional.

Pedro Sanjurjo, presidente del Parlamento asturiano, fue el encargado de presentar a la autora de "Expulsiones. Brutalidad y complejidad en la economía global", que arrancó su intervención en la sede de la Junta llamando la atención sobre "tres tendencias que desestabilizan el modelo en el que hemos vivido hasta los años ochenta del pasado siglo" y que tienen relación con esas nuevas fronteras, cuyos "bordes" -apreció- "son muy duros". Por un lado, estarían los espacios "transnacionales" e "impenetrables" generados por las finanzas, en los que "nunca sabemos muy bien qué pasa" y que, además, "generan un efecto sombra enorme". "Es una fuerza profunda y poderosa que afecta al desarrollo de nuestra economía en los últimos treinta años", subrayó la también profesora visitante de la London School of Economics.

Geografía de centralidad

Otro movimiento desestabilizador identificado por Sassen es lo que denomina "geografía de la centralidad", que permite, por ejemplo, que los cataríes tengan en el centro de Londres más propiedades que la reina de Inglaterra. El tercer factor hace referencia a las fronteras nacionales tal y como las hemos conocido hasta ahora. "Los estados más poderosos tienen una territorialidad, en el sentido asociado al poder, que va más allá de su propio territorio", afirmó.

Partiendo de esas tres premisas que hacen tambalearse el modelo de sociedad occidental de las tres últimas décadas, la socióloga puso como ejemplo de las nuevas fronteras que se crean, y que parecen "ocultas al ojo de la ley", a los dos millones de personas desplazadas desde el medio rural a las ciudades por la actividad minera y la agricultura de plantación. "Son refugiados por el desarrollo económico que al dar el paso a las ciudades se vuelven invisibles" , alertó la catedrática.