Bob Dylan es uno más en Avilés desde hace muchos años. Y es que sus cumpleaños se celebran con conciertos, arte en la calle y actividades destinadas a difundir el legado del músico que es también poeta. Desde hace una década la "Ciudad Dylanita", que impulsa el promotor musical Béznar Arias, homenajea al autor de "Like a rolling stone" y ayer los participantes en esta iniciativa celebraron la concesión del Nobel de Literatura. Es el caso del profesor Álvaro Lozano Sol, un "dylanita" convencido que no se pierde ninguna cita. "Siento alegría, como aficionado a la obra de Bob Dylan. Es el reconocimiento a la hermosura de sus textos, de sus letras". Pero junto a esa alegría se mezcla otro sentimiento: "Tengo el deseo de que no vaya a recogerlo". Y eso es por la parafernalia social que envuelve a los premios, y por la no siempre coherencia en la política de premiados. "Fueron candidatos Hitler, Mussolini y Stalin a esos premios. Gandhi quedó sin él. Se lo concedieron a Obama cuando no había movido un dedo... Me gustaría que Bob no fuera, que fuera distante con esos premios". No obstante, Álvaro Lozano destacó el reconocimiento mundial que supone el Nobel. "Dylan es un gran desconocido. El gran público lo ve como un tipo aburrido que toca la armónica y la guitarra. Pero sus letras son preciosas y tocó todo tipo de estilos", concluyó.