La campaña navideña marcha a todo trapo. Los anuncios de juguetes ocupan gran parte del pastel publicitario. A casa llegan sin cesar folletos de distintas jugueterías mientras que otros anuncios más grandes se interponen ante nuestra vista por la calle dando pie a la contaminación visual. Señales y más señales para consumir. Así que, antes de que un año más las personas se pongan a ello, las asociaciones de consumidores hacen la misma advertencia de siempre: cuidado con lo que se compra.
Porque no todos los juguetes valen para todos los niños. Ni todos los que se venden pueden comprarse. Para hacer las compras algo más fáciles, la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo de Asturias, en colaboración con la Agencia Española de Consumo y las restantes comunidades autónomas, lanzan la campaña informativa de Navidad 2016-2017 "Trabajando Juntos por la Seguridad". Está dirigida a la compra de juegos y juguetes y alertan de ciertos peligros que se pueden intuir a través de ciertas pistas.
Por ejemplo, el etiquetado. Tiene que estar en castellano y contener, como mínimo, el nombre y la marca del producto, la razón social y dirección del fabricante, importador o vendedor, las especificaciones de la potencia máxima, tensión de alimentación que necesita y consumo energético en juguetes eléctricos, así como la edad recomendada para su utilización y advertencias de uso.
La edad es, posiblemente, el sesgo más importante a la hora de elegir qué juguete se debe (o no) comprar. Sobre todo si contiene piezas pequeñas. También avisan de que hay que tener especial precaución si el juguete es frágil o si las piezas son afiladas o con bordes cortantes que puedan suponer un riesgo para el pequeño.
En los últimos años, se están lanzando campañas para evitar que se escoja el juguete según si es para niño o niña. En Asturias, las concejalas de Igualdad Raquel Ruiz López (Avilés), Soraya Casares Alperi (Castrillón), Encarnación del Barrio Díaz (Corvera), Alba Escandón Acuña (Gozón) y Dolores Fernández Suárez (Illas) firmaron un manifiesto contra los juguetes sexistas. "Debemos denunciar el sexismo que reflejan estos catálogos (de juguetes)", señalan en él. Y añaden: "No pretendemos decir lo que se debe regalar, sólo queremos seguir con nuestra labor de señalar la discriminación donde la vemos y corregirla. Vemos con naturalidad que los niños y niñas deben ser felices y que los juguetes son eso: juguetes para divertirse, no para que las niñas aprendan a cocinar o cuidar y que los niños sean ases del deporte, por ejemplo. Los cuidados nos corresponden a todos y todas".
Los juguetes que mejoren la percepción visual, la memoria y la lógica de los niños y las habilidades específicas son un plus para la OCU. Y "cuanto más educativos mejor", es otra advertencia de "Trabajando Juntos por la Seguridad". "Se entiende que el juego forma parte del proceso educativo del niño", explica Adolfo Guillermo Sánchez Maquinay, Jefe de Servicio de Consumo del Principado. "Conviene plantearse, al comprar un juguete, qué valores, conductas o actitudes se pretenden alentar a lo largo del crecimiento personal del niño que va a usarlo, sabiendo a qué contribuimos cuando compramos un juego: a la violencia o a la paz; a la igualdad o a la desigualdad; a la repetición constante o a la creatividad... Además de fomentar la adquisición de determinados valores, el juguete educativo proporciona a los niños nuevas experiencias y ayuda a su desarrollo intelectual, social y emocional", añade.
