Àlex Rigola (Barcelona, 1969) es el codirector de los Teatros del Canal de Madrid. Recientemente montó "El público", uno de los espectáculos más raros y peculiares de Federico García Lorca, un montaje que se estrenó en el teatro de La Abadía de Madrid y que ha cosechado aplausos, admiraciones y sorpresas -todo a la vez- allá donde se ha visto. La obra llega la semana que viene al Centro Niemeyer. Antes de conversar por teléfono con LA NUEVA ESPAÑA, el director escénico ha cogido un tren con dirección a Montpellier, en el sur de Francia. El viaje, los túneles, se introducen en la entrevista.

-¿Por qué eligió "El público"?

-No creo que le pueda dar una respuesta racional. Amo el texto, eso sí. Y lo amo por múltiples razones. Por su poética, por cómo cuenta lo que cuenta... Es como un sueño. Hacer "El público" ha sido como meterse en la cabeza de Federico García Lorca.

-Explíquemelo.

-Si pudiera manejar millones y millones de euros construiría en cada teatro una cabeza gigante de Federico García Lorca para que los espectadores se metieran en ella. Cuando compuso "El público", Lorca estaba en un momento conflictivo, en una crisis artística. Acababa de estrenar con muchísimo éxito "Mariana Pineda", pero sus compañeros de la Residencia de Estudiantes le acusaron de hacer teatro fácil y le dijeron que él estaba capacitado para algo mejor. Esto es lo que le provoca la tensión que genera la obra. Se pregunta si acaso será mejor escribir para el público o ir un poco más allá. ¿Por qué escogí esta obra? Pues por todo esto.

-Se llama "El público", pero no es para todos los públicos.

-Es natural. Dentro de la cabeza del poeta puede suceder cualquier cosa: natural o surrealista.

-Hablaba del poeta.

-El otro día fui a ver a la actriz Irene Escolar que, como sabe, forma parte del elenco de "El público". Ella está recitando a Lorca en el Pavón estos días. Lee fragmentos sacados de los personajes originales: son reflexiones sobre el teatro, sobre la vida. La obra es la tercera o la cuarta de las que escribió Lorca. Entonces ya tiene clara su homosexualidad, pero también tiene claro que vive en una sociedad cerrada y se pregunta por ello si es prudente salir del armario.

-El asunto de la homosexualidad es radical en la obra.

-Hay tres personajes: Hombre 1, Hombre 2 y Hombre 3 que son las tres caras del propio director de escena que, a su vez, representa a Lorca. La obra la escribió entre Cuba y su regreso a Madrid. La leyó a sus amigos, pero nadie la entendió, la guardó en el cajón hasta que el público la aceptase. Le pasó igual con "Comedia sin título". No fue hasta 1986 en que Lluís Pasqual la estrenó.

-Un montaje histórico.

-Desde luego. Fíjese: cuando la escribió Lorca no era el momento, luego lo matan. Tras ello, viene la dictadura. Tiene que ser cuando la democracia está consolidada que se puede montar. Y se monta con todos los medios del teatro público. El resultado, sí, fue un montaje mítico.

-¿Dónde prefiere estar usted? ¿Al pie del escenario o en un despacho de un teatro?

-Me interesa mucho más la sala de ensayo, pero eso no quiere decir que no disfrute de la arquitectura de lo que tiene que hacer un centro cultural público.