El disidente chino y Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, falleció a causa de un cáncer de hígado que le causó un fallo multiorgánico. Había sido liberado el pasado 26 de junio "por razones humanitarias" tras pasar casi una década encarcelado por exigir una apertura democrática del gigante asiático. El escritor murió en el hospital bajo fuertes medidas de seguridad, sin que las autoridades le concedieran buscar tratamiento en el extranjero, como deseaba.

Liu Xiaobo se encontraba cumpliendo condena desde 2009, acusado de incitar a la subversión del poder estatal por participar en la redacción de la conocida como "Carta 08", un manifiesto para promover la reforma política y la democratización en la República Popular de China. Debido a su larga y dura lucha por conseguir la libertad en su país obtuvo diferentes distinciones a lo largo de su vida. En 2010 fue galardonado con el Nobel de la Paz "por su larga lucha no violenta por los derechos fundamentales". No pudo recoger el galardón.

Tras conocerse la noticia, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino manifestó, mediante un comunicado, que "La gestión del caso de Liu Xiaobo es parte de los asuntos internos de China, y los países extranjeros no están en posición de realizar comentarios inapropiados". Pese a esta advertencia, autoridades de todo el mundo han expresado sus condolencias por la muerte del premio Nobel.

La canciller alemana Angela Merkel se refirió a Liu Xiaobo como un "valiente luchador por la libertad de expresión", mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, lamentó la "trágica muerte" de Liu y pidió al Gobierno chino liberar a su viuda, Liu Xia, quien está sometida a arresto domiciliario, para que pueda abandonar China.

Entre la disidencia del país asiático, la pérdida de un gran referente como Xiaobo ha sido recibida con una mezcla de pena y rabia. "Ahora podemos mostrar al mundo que China es como la Alemania nazi", afirma Hu Jia, en referencia a que Liu Xiaobo es el primer nobel de la Paz que muere bajo custodia desde el fallecimiento en 1938 del pacifista alemán Carl von Ossietzky, encerrado en un campo de concentración por denunciar el rearme alemán.