No existen secretos en la vida. Solo verdades escondidas que viven debajo de la superficie.

Dexter

Florencio Patón es inspector jefe en la comisaría de policía de Pozuelo de Alarcón. Aborrece su nombre, sobrevivió a un divorcio dañino y aguanta a un hijo treintañero cuya principal ocupación consiste en cazar pikachus. Vaya panorama. Menos mal que le quedan las series y las películas. Con cierta afición a la bebida y sin problemas en sacar a pasear su machismo, Patón se enfrenta a un caso muy televisivo: un famoso presentador de una tertulia del corazón denuncia un anónimo que le exige contar "su secreto". O morirá. Patón, un tipo francamente detestable pero del que cuesta separarse, se pone a investigar en un mundillo que desprecia y la acción se desboca: tres tertulianos son asesinados y otros se ven forzados a contar sus secretos. Tensión, violencia y misterio en una historia que es, además, un viaje crítico y cítrico a los entresijos de un mundo lleno de inmundicias.

Juan Pedro Cosano sabe bien que "el escritor está siempre en una búsqueda constante de temas sobre los que escribir y que puedan interesar al gran público. No nos engañemos: salvo a aquellos (por lo general, consagrados) a los que no les importa que no los lea nadie, los demás autores deseamos ser leídos. El tema de las tertulias televisivas, como subproducto periodístico, y de la prensa actual en general, me pareció un ambiente atractivo donde situar una trama de suspense. Y de ahí fue surgiendo la trama de Matar al tertuliano. Por lo demás, y que no se entere nadie, he aprovechado la ocasión para satisfacer alguna que otra inquina personal, en justa reciprocidad contra quienes se pasan la vida embruteciéndose a sí mismos y a los demás".

Si la comparamos con su obra anterior, "por supuesto, no tiene nada que ver con la saga de El abogado de pobres ni con La fuente de oro. Tanto en temática como en estilo. Es además la primera novela negra que escribo desde que hace ya muchos años autopubliqué Las muertes pequeñas. El lenguaje es diferente, más directo, más actual, y el personaje central es tal vez, de entre todos los que he creado, el que más se parece a su autor".

Sería interesante conocer la fórmula que utilizara para atrapas al lector... "Ojalá tuviera yo esa fórmula. Escribo lo que me gusta leer y tengo algunas máximas que sigo a rajatabla: credibilidad, amenidad sin renunciar a la posibilidad de profundizar en una documentación no abusiva, personajes creíbles, bien definidos y una trama que interese al lector".

El mayor obstáculo que le surgió durante la escritura fue, "posiblemente, el lenguaje: renunciar a mi forma de escribir para crear un lenguaje más directo y actual. Y darle al personaje central el toque de humor que pretendía. Como todos sabemos, es mucho más difícil hacer reír que llorar. Espero haber conseguido crear una novela negra de humor negro, lo que no es en absoluto fácil".