"Ven a Cenar Conmigo" empezó anoche su segunda semana en Asturias con cinco anfitriones que no van a dejar indiferente a nadie. La encargada de abrir el programa ha sido Maricruz, un rostro muy conocido entre los espectadores de Cuatro después de su paso por "Quién quiere casarse con mi hijo". Si entonces conocimos su faceta como madre (y suegra) anoche pudimos conocer algo más de ella como su afición a la pintura, a los caballos y a los chihuahuas. La allerana es aficionada a esta raza de perros y en su casa (cuya decoración causó furor en las redes sociales) hay nada más y nada menos que diecisiete.

Anoche abrió el programa con un menú muy asturiano en el que dejó claro que el concepto "ligth" no entra en su vocabulario. Tortos con picadillo, cachopo de cecina y unos personales frixuelos adornados con perlas fueron los tres platos con los que intentó conquistar a sus cuatro rivales.

La odontóloga Lucía Fernández ( a la que todos llaman Lucifer) valoró muy positivamente unos platos con los que, aseguró, Maricruz había acertado plenamente en lo que a gustos se refiere. Mucho más crítica se mostró Azahara, que promete hacer volar más de un cuchillo esta semana, ni los platos ni la presentación fueron del agrado de esta salense pluriempleada que trabaja como cantante, repartidora de prensa, vendedora de seguros, taxista y exgerente de una funeria. De este último empleo, por ciento le quedan por vender un coche fúnebre y tres ataúdes. Miguel, un fanático de la Tierra Media, se enfrentó anoche a su primer cachopo de cecina y fue objeto de las críticas de sus compañeros por el desconocimento que mostró sobre la elaboración de este plato y de los frixuelos, a los que comparó con una tortita. El quinteto lo cierra Iván, más conocido como Pichurry, un apasionado del deporte que se define a sí mismo como "happyguay".