La periodista mexicana Alma Guillermoprieto, premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades, llegó ayer a Oviedo para la gala de entrega de galardones del viernes. Fue la primera premiada en comparecer y lo hizo con las ideas muy claras. Aunque se mostró tímida a la hora de posar ante los medios, defendió con seguridad su visión del periodismo: "Los periodistas somos necesarios para que el mundo moderno marche bien, no sólo somos necesarios, sino indispensables para la democracia".

La escritora, que llegó al hotel de la Reconquista pasadas las siete de la tarde, defiende que en la profesión periodística hay motivos para el optimismo, aunque a veces cueste creerlo porque actualmente se vive un "momento difícil de transición, que es una revolución, y las revoluciones cuestan y nos tienen a nosotros muchas veces como víctimas".

Guillermoprieto es la tercera mujer en recibir este galardón -la filósofa María Zambrano lo obtuvo en 1981 y la fotógrafa Annie Leibovitz en 2013- y se siente orgullosa de ello, pero espera que a partir de ahora el reparto sea más equitativo. La concesión de este premio "es un enorme honor y un reconocimiento que mis colegas en América Latina han asumido como propio", señaló.

La escritora, profesora y periodista fue distinguida con este premio en reconocimiento a su larga trayectoria profesional, su escritura "clara, rotunda y comprometida", el "profundo conocimiento de la compleja realidad" latinoamericana que posee y la forma que tuvo de transmitirlo a los lectores angloparlantes, "tendiendo, de ese modo, puentes en todo el continente".