Aunque el ambiente destartalado preferido de los premios "Princesa de Asturias", con reina y todo, es la Fábrica Scorsese de La Vega, también el Bombé de las fuentes sin agua y de la música sin kiosco alojó una exposición en torno al trabajo de la ONG Amref Health Africa y su sección española, premio de Cooperación Internacional.

Un ala de La Granja estaba dedicada a la exposición de centenares de dibujos de escolares asturianos sobre el trabajo de la ONG que quiere universalizar la sanidad en África. De sus dibujos se deduce que la ayuda llega desde el aire a una tierra de chozas que tiene nieves perpetuas en lo alto del Kilimanjaro y leones en la sabana (uno de ellos, cagado por un pájaro). Allí viven unos humanos a los que pocos pintan negros. Ahora se habla de la raza humana -no de la especie- y es posible que no se haga tanto hincapié como hace años en el Pantone de la piel: blanca, negra, amarilla, roja y aceitunada. Los niños aprendieron a escribir algunas palabras en swahili, pero no todos saben por qué África es llamada el continente negro.

Sigmund Freud llamaba "el continente negro" a la sexualidad femenina porque la consideraba inexplorada y desconocía su geografía. El jurado que premió a Amref destacó su esfuerzo para erradicar la mutilación genital femenina con acciones de sensibilización social y cultural.

En la educación de hace 40 años se sabía que África era el continente negro pero si alguien hubiera mencionado la "ablación de clítoris" habría tenido que explicar que era ablación (amputación) y no se habría hallado un adulto, escolar o familiar que explicara qué es el clítoris, dónde está situado y para qué sirve. Las chicas de entonces lo aprendieron en la revista juvenil "OK". Los lectores de LA NUEVA ESPAÑA conocieron en 1997 por "Magazine", en exclusiva mundial, el reportaje gráfico de Kim Manresa y vieron el dolor y el abuso de este rito horrible y séptico en la cara y el cuerpo de la niña Kadi, una aldeana de Burkina Faso.

Los representantes de la ONG se hicieron esperar para una representación escolar tan desconcertada que oyeron a los profesores decirles: "Podéis hablar". Y lo hicieron, pero el rumor se apagó enseguida. Al revés que en clase.

En el paseo de Italia, a pie desde el cercano colegio de La Milagrosa, el director internacional de la ONG, el doctor Githinji Gitahi y el de España, Álvaro Rengifo, contemplaban la exposición de los premios en sus marcos incomparables de hierro.

Álvaro Rengifo es técnico comercial y economista del Estado, licenciado en Económicas y Empresariales y máster en Cambio Social y Desarrollo. Fue consejero económico y comercial jefe en las embajadas de España en Costa de Marfil y en Marruecos. Presidió el grupo Bombardier en España y Portugal, fue director general comercial internacional del grupo Isolux Corsan y del grupo Leche Pascual y director ejecutivo y miembro del consejo de administración del Banco Interamericano de Desarrollo. Hasta julio presidió la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, de mayoría estatal. Estos días no lleva corbata ni traje de empresa, sino camisetas de la ONG, cinturón trenzado y pantalón vaquero. Disfrutaba del parque en otoño y del paseo matinal besando a su mujer y abrazando a su hermana mientras hacía comentarios con su voz ronca.

Es el mayor de los nueve hermanos y la mayoría de ellos estarán hoy en Oviedo, según cuenta Ana, la hermana que asegura que él siempre tiene esa misma energía afectuosa. Sabe hablar a los niños, hacerse fotos de buen rollo y gozar con Gitahi de algunas visiones escolares de África.

De riguroso austriaco en verde y azul, en una silla de ruedas con asistente personal, le contemplaba su padre, Álvaro Rengifo Calderón, que fue ministro de Trabajo los 360 días del primer Gobierno de Adolfo Suárez después de una larga trayectoria de tecnócrata del franquismo como director general del Instituto Español de Emigración, director general de Promoción Social y de Comercio Exterior y subsecretario del Ministerio de Comercio.

La familia, madrileña, conoce bien Asturias: uno de los hermanos se casó con Ana García Tuñón, de Salinas, y son apasionados de Cudillero.

El patronato de Amref está formado por otros funcionarios de alto nivel de Exteriores y administradores de grandes empresas de alimentación, farmacia, óptica... y forma parte de él Valentina Martínez Ferro, la diputada que sustituyó a Mariano Rajoy tras su renuncia al escaño.