Las recepciones en Madrid suelen ser algo monótonas. Al menos eso dicen quienes visitan la corte. Pero claro, en Asturias es diferente. Al ser natural del Principado la Reina Letizia a veces se encuentra con gente conocida. Y la mañana de los Premios Princesa de Asturias es muy proclive a este tipo de encuentros. Durante las primeras horas de la jornada el hotel de la Reconquista es el escenario en el que Felipe VI y Letizia reciben habitualmente tanto a los patronos de la Fundación Princesa de Asturias como los mejores estudiantes de la Universidad de Oviedo y los galardonados con las medallas del Principado. Y fue precisamente con la recepción de ese último grupo cuando la Reina Letizia vivió ayer un momento especial (e inesperado).

Y es que la vida está llena de casualidades. Una de ellas quiso que ayer durante esa recepción a los premiados con las medallas de Asturias los reyes recibieran en audiencia a Ruperto Álvarez, uno de los que junto a sus compañeros del grupo de montaña Torreblanca descubrió a los 22 años la cueva de Tito Bustillo. A Letizia quizá el nombre y el apellido de este asturiano no le sonaba de nada (más allá de lo que protocolo podía haber dicho acerca de quién estaría esa mañana en el Reconquista). Pero resulta que Álvarez es el hijo de la profesora de dibujo que enseñó a la Reina Letizia a dar sus primeros trazos en el colegio de La Gesta de Oviedo. Y el propio montañero se lo recordó a la Reina.

“Fue un momento muy emocionante: ella se acordaba perfectamente de mi madre y me preguntó por ella. Yo le conté que falleció este año con 100 años y me dijo que lo sentía”, contó Ruperto con voz emocionada después de la recepción, justo cuando bajaba del segundo piso del hotel de la Reconquista. Su madre, Covadonga Romero, no sólo fue profesora de dibujo de la Reina Letizia. Además en el año 1998 recibió (tal y como recordaba ayer su emocionado hijo), una medalla de plata por su faceta como escultora. Pero por aquel entonces Felipe aún era príncipe (los premios que entregaron ayer aún llevaban su nombre) y Letizia todavía era periodista. Nadie se imaginaba lo que iban a cambiar las cosas en un futuro no muy lejano. Ni tan siquiera la madre de Ruperto Álvarez que, desgraciadamente, ayer no vivió para ver el momento de su hijo descubridor saludando a su exalumna Reina.