Oviedo, Andrea G. TORRES
La pianista Judith Jáuregui (San Sebastián, 1985) y el "Cuarteto Signum" inauguran mañana la temporada de las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni", patrocinadas por LA NUEVA ESPAÑA, en el Auditorio de Oviedo. Jáuregui toca el piano con el alma, con un estilo muy personal que la diferencia allá donde va. Amable y cercana, Jáuregui derrocha pasión por la música.
"Creo en la individualidad de cada persona", explica a este periódico, "por eso no concibo dos interpretaciones iguales". Para Jáuregui cada intérprete tiene su propia voz y un estilo propio que lo define, que además es lo que convierte la música en algo verdaderamente atractivo, sólo hay que sentarse y encontrar que se puede aportar algo nuevo. Tampoco la pianista cree en la competitividad destructiva. "A pesar de la presión a la que los solistas están sometidos en su día a día, no se trata de competir, sino de que cada uno encuentre su sitio. Soy de ese tipo de personas que en vez de en la rivalidad cree en que en este mundo hay sitio para todos, y esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida, no sólo al piano o a la música".
El concierto que ofrecerá en Oviedo junto al "Cuarteto Signum" es el primero de una serie de actuaciones que ofrecerán por el resto del país. "Ésta será la primera vez que tocamos juntos. Nuestros asesores nos aconsejaron que realizásemos una colaboración y por fin ha llegado", asegura. A pocos días del concierto que inaugure su gira, aún no se conocen personalmente. El "Cuarteto Signum", joven formación alemana, ha sido premiada en los concursos "Paolo Borciani", "ICMC" de Hamburgo y Londres y ahora es miembro de la Nueva Generación de la BBC. El programa que interpretarán en Oviedo incluye dos quintetos para cuerda y piano de Dvorak y Schumann.
Jáuregui reconoce que aún se ve a sí misma demasiado joven para centrarse únicamente en un único repertorio, aunque para ella el piano romántico tiene algo especial. "Disfruto mucho tocando las sonatas de Beethoven, pero también la frescura de Mozart tiene algo que engancha, especialmente sus conciertos en modo menor; son obras muy especiales. A mi padre, de origen francés, le debo mi interés por la música francesa. También la música española me ha atraído siempre, pero ahora estoy descubriendo también obras de Leo? Janácek y Szymanowski". El repertorio para piano es inabarcable, por lo que "¿por qué limitarse uno mismo?, lo que yo busco ahora mismo es crecer como músico y descubrir nuevos repertorios".
Jáuregui ha pasado este año por un difícil momento cuando se desvaneció antes de salir a tocar en un concierto en el País Vasco. "El público esperó pacientemente a que me recuperase y pudiera tocar, pero lo hice en unas condiciones físicas y mentales deplorables. Todo esto fue desencadenado por problemas personales y profesionales, ya que no estaba ni mucho menos en mi mejor momento. No cuidé mi alimentación, ni mi condición física, ni tampoco me dediqué tiempo a mí misma, y todo ello me pasó factura". Jáuregui enfatiza la necesidad de dedicarse tiempo a uno mismo, "especialmente gente como nosotros, a quienes nuestro trabajo no nos obliga a desarrollar un ejercicio físico, y en el que el límite de exigencia es el que nosotros mismos nos marquemos", asegura. Pero Jáuregui reconoce que ha aprendido mucho de este momento. "He aprendido que tomarme un tiempo para mí misma y descansar la mente es importantísimo, y me he prometido que no volverá a ocurrir algo como lo que he vivido", concluye.
En Jáuregui se da la paradoja de que a pesar de su dilatada carrera y experiencia interpretativa, aún sigue siendo una joven pianista, muy sensibilizada con la formación de los jóvenes músicos, a quienes aconseja que "no pierdan su pasión por la música". Les recomienda asimismo que "busquen profesores que los estimulen y los ayuden a crecer musicalmente; en la música no se trata de imitar a nadie, sino de encontrar cada uno su propia voz".
