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ARTURO CHACÓN-CRUZ | Tenor. Interpretará a Mario Cavaradossi en "Tosca", la próxima ópera en el teatro Campoamor

"Las películas de Hollywood deberían dejar de burlarse de la ópera"

"En Estados Unidos hay una división enorme, están rompiendo con lo más básico"

El tenor mexicano Arturo Chacón-Cruz, en el patio de butacas del Campoamor. IRMA COLLÍN

El tenor mexicano Arturo Chacón-Cruz, una de las grandes voces masculinas del momento, hará el papel de Mario Cavaradossi en "Tosca", la ópera de Puccini que es el tercer título de esta temporada en el Campoamor. La primera función será el próximo jueves día 15 a las 20,00 horas.

- ¿Cómo afronta su papel?

-Cavaradossi es un personaje lleno de nobleza, de honor, con una mentalidad siempre de justicia. La mayoría de los músicos somos muy perfeccionistas y tenemos esta visión de que el mundo tiene que ser más noble y más romántico, por eso es un regalo tener esta oportunidad de cantar este papel. Me lo ofrecieron en muchas ocasiones y decidí esperar a los 40 años.

- ¿Por qué?

-Hay que esperar a la madurez tanto física como mental. Aunque cantes todas las notas que Puccini te escribió tiene que haber ese no sé que, esa experiencia. Que la vida te haya hecho sufrir o amar lo suficiente para que el público sienta ese amor o ese sufrimiento.

- ¿Ha amado o sufrido más?

-Viví una época difícil en México en los noventa. Mi familia fue despojada de todo. Vivíamos en Sonora, en una clase media bastante cómoda, teníamos tres coches, una casa bonita, un patio. Muy bien. De repente nos despertamos y el gobierno le quitó todo a mi papá, que era agricultor. Los terrenos fueron invadidos por ejidos. Por alguna motivación de territorio ejidal se los quitaron

- Disculpe. ¿"Ejidal" es??

-Los ejidos son los grupos de nativos, que tienen sus tierras como las reservas en Estados Unidos. Eran unas tierras que mi padre habría comprado con esfuerzo y de repente nos dijeron: son nuestras y nos quedamos sin nada. Fue en mi adolescencia, tenía 12 o 13 años. Fuimos forzados a trasladarnos. Nos mudamos a una ciudad más grande. Mi papá abrió una tintorería y empezamos mis hermanos y yo a planchar camisas. Mis padres me dieron un gran ejemplo. Seguir adelante y no sentir nunca vergüenza por estar debajo de repente. Gracias al trabajo, gracias al apoyo de la comunidad salimos adelante. Ahora mis padres tienen una cadena de tintorerías.

- Pudo usted ser un niño pijo y no.

-Pudo haberme pasado. Eso me enseñó mucho a no creer que lo que tenemos materialmente en este momento va a continuar así para siempre. A saber que en cualquier momento puedes quedarte sin nada y que la única arma que tiene es tu educación, tu honra, tu honor. Y lo que traes aquí, en el corazón. Los cantantes tenemos el privilegio de poder estar en contacto con las emociones y expresarlas con esta hermosa música que nos escribieron y con las vibraciones que sólo la voz humana puede proyectar. Hay estudios que dicen que sólo la voz humana puede producir esas frecuencias capaces de despertar recuerdos y de hacerte llorar sin saber por qué. Me sucedía mucho principio de mi carrera. Cantaba mucho La Bohème, de la que he hecho más de cien representaciones.

- ¿Qué tiene para usted esta ópera?

-El papel de Rodolfo es el de un joven artista y yo la cantaba al principio de mi carrera. También yo era un joven artista que iba descubriendo el significado de la vida. Es muy diferente de cómo lo interpretaba antes a cómo lo interpretó ahora. Digamos que el Cavaradossi de "Tosca" es el hermano mayor de Rodolfo de "La Bohème.

- ¿Qué opina de este montaje de "Tosca", como ambientado al otro lado de aquel Telón de Acero?

-Es una historia fácil de contar en cualquier referencia porque la injusticia es algo universal. La brutalidad ha sido la misma siempre y el teatro ha encontrado la manera de suavizar algunas cosas. Pero esto no suaviza nada, esto viene y te pega muy fuerte. De inicio me resistía a la idea. Siempre he dicho que el compositor, con su música, te enseñe la brutalidad, te enseñe la justicia. Pero estamos en un mundo en el que necesitamos un extra para darnos cuenta.

- ¿Ve más brutalidad alrededor?

-No es tanto que ahora haya más brutalidad como que estamos un poco anestesiados por ver tanta. Hace 4 o 5 años en Facebook veías un vídeo de alguien que estaba siendo ejecutado y apartabas la vista. Ahora lo ves y bueno? Ayer me mandaron un vídeo de un accidente. Me causó tristeza porque morían personas. Pretendía decir: manejen (conduzcan) con cuidado. Pero si ese vídeo me hubiera llegado hace 5 años me hubiera causado lágrimas. Ahora estamos un poquito anestesiados. Necesitamos alguien que nos diga: ¡despierta!

- ¿Y eso se puede conseguir a través de la ópera?

-Absolutamente.

- ¿Cuánto le preocupa México?

-Es una combinación muy extraña de dolor, orgullo, rabia y responsabilidad y responsabilidad. Cuando hace 18 años llegué a Estados Unidos?

- Emigrante en Estados Unidos.

-Sí, entonces ya existía ese racismo que acaba de reaparecer. Me decían: no pareces de México y yo les daba explicaciones: bueno, mi abuelo es de aquí, mi bisabuela era de acá? Cosas de la juventud, que es? muy fea. Pero ahora, cuando me preguntan en EE UU si soy de México, ya no doy explicaciones. Me dicen: pero si pareces italiano. Y les digo: no, soy mexicano. Me ha pasado en cenas con gente muy importante, de mucho dinero, que alguien se levanta, tira su servilleta y se marcha. Ahora no me justifico. Les digo: soy mexicano, orgulloso de mi país y añado: ¿oigan, qué feo lo que está sucediendo aquí, no? Hay una división horrible, están rompiendo con lo más básico.

- Vive en Miami, un lugar supuestamente muy mestizo.

-Pero también hay ignorante, que no quiere decir sólo falta de estudio sino también falta de conciencia. Hay vecinos de mi edificio a los que prefiero ya no visitar. Hay una señora a la que visitábamos cada dos o tres semanas, muy mayor. Íbamos a visitarla con flores, a saludarla. Pero cuando salió Trump empezó a hablar de los inmigrantes. Y le dijimos: usted es emigrante, usted es francesa. Y ella nos dijo: pero yo me casé con un norteamericano, yo vine con mi marido, que luchó por nuestro país. Y yo le dije: ¿Luchó por nuestro país? Pues también tengo tíos que lucharon y murieron por nuestro país y un primo que acaba de volver de Afganistán. ¿Y por que él es morenito y usted no, entonces?? Es evidente la quiebra social y es brutal.

- He leído que en algún montaje de ópera le pidieron que simulase una masturbación en escena y usted renunció. ¿Se estiran demasiado las versiones de los clásicos?

-Yo siempre seré un tradicionalista, siempre. Pero me he convencido de que hay genios que hacen producciones diferentes. Un ejemplo, Dmitri Tcherniakov que hizo "Simon Boccanegra" en Munich.

- ¿Y sobre su trabajo con Woody Allen o Sofía Coppola?

-Fue un regalo. Woody Allen aportó normalidad a los personajes, algo muy cinematográfico. Con Sofía Coppola, igual. Lo que aportaron fue quitar la exageración. No nos ayuda en nada.

- Usted tiene dos maestros y mentores de lujo: Ramón Vargas y Plácido Domingo, ¿se siente obligado a seguir con el magisterio?

-En eso me siento una persona afortunada. Sí, he comenzado a tomar algunos alumnos y estoy ahora en pláticas con varios colegas, algunos pianistas que tienen asociaciones para ayudar, y quiero hacer algo. Siento que esa responsabilidad de despertar en los jóvenes esta pasión y esta ilusión. Lo que tenemos que hacer es dejar de burlarnos de la ópera en las películas de Hollywood. Cuando sale una gorda cantando, la gente se ríe. Lo han caricaturizado y, en cierta manera, lo han vuelto algo muy banal, una pantomima. Luego la gente dice que no le gusta la ópera. ¿Pero si nos has ido a una ópera ¿entonces cómo sabes que no te gusta?

- ¿Y qué tiene la ópera?

-La capacidad de conectar al nivel más básico pero también al nivel más profundo que tenemos como seres humanos.

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