La vida de maestro es complicada y más aún cuando uno todavía no tiene una plaza fija. Son muchos los licenciados que mientras estudian una oposición para ser profesores ejercen como educadores a tiempo parcial, dan clases particulares a algunos niños y así ganan una ayuda mientras siguen estudiando y formándose para ser mejores maestros.

Todo esto es lo que está haciendo ahora mismo Alberto Ramos, un ponferradino de 25 años al que una proposición de unos padres le dejó boquiabierto. El del bierzo estudió en la Universidad de Oviedo muchos años. En la capital de Asturias se licenció como maestro de primaria, con una mención en inglés y un máster de investigación e innovación educativa. Ramos prepara ahora las oposiciones para el cuerpo de maestros y ha vuelto a su ciudad natal para hincar los codos, como los estudiantes a los que desea impartir clase. Alberto busca también trabajo en algún colegio, pero mientras lo encuentra y no, da clases particulares y es en esa labor docente donde le llegó la propuesta indecente.

Fue por medio de un conocido por lo que unos padres contactaron con él. “Vi tu currículum y veo que tienes un nivel de inglés alto y me preguntaba si te interesaba darle ‘partis’ a mis hijos de 6, 9 y 12 años. Sería principalmente inglés, aunque a lo mejor también otras asignaturas puntualmente”. Hasta ahí todo bien, el problema llega a la hora de convenir horarios y tarifas. “Serían 4 horas a la semana, dos horas el lunes y dos horas el jueves”, continúa la propuesta de los padres bercianos a las que ahora añaden la cuantía a cobrar por parte de Alberto, “te puedo ofrecer 3 euros la hora”, es decir un euro por niño por cada 60 minutos de trabajo. “Se que no es mucho, pero bueno, como no estás en otra cosa y seguro que en Ponferrada encuentras poco, pues algo es algo”. Esto último fue lo que hizo que Alberto se sintiera “bastante humillado”. “Cuando consideran que tu trabajo vale un euro la hora y por cada niño y además dejando claro que es lo que hay y que tienes que tragar porque es eso o nada y encima parece te están haciendo un favor”, sentencia Alberto. “Esto es una anécdota, no es lo normal en ningún sitio, ni tampoco en Ponferrada, ofrecer esta cantidad”, explica el profesor.

Este es el día a día de los titulados que no han tenido la suerte de encontrar aún un hueco dentro del profesorado. La queja pública de Alberto en la red social Twitter tiene un eco tremendo que además hace visible un problema que viven otros profesionales como por ejemplo, los informáticos.