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Jovino con acento playu

Miguel Mingotes apostilla con notas de su peculiar humor la lectura de varios pasajes de los Diálogos de Jovellanos

Jovino con acento playuM. LEÓN

Miguel Mingotes en un acto jovellanista no es cosa habitual, por mucho que Rafael Antuña, que ofició de presentador en el acto celebrado ayer en la Casa Natal, organizado por el Foro Jovellanos, dijera que el iconoclasta personaje era recolector de objetos extraños y que un día encontró en la playa un trozo de un plato y se puso a investigar y resultó que procedía del vapor llamado "Jovellanos" en el que navegó Isabel II.

Mingotes, con su camisa blanca impecable, se sonó la nariz, se puso las gafas y se acomodó, todo s cámara lenta, antes de enfrentarse a su guión, leer fragmentos de los Diálogos del prócer comprendidos entre los años 1790 y 1797, época en que Jovellanos permaneció en Gijón. Su primera lectura se refiere a una excursión a Contrueces, donde don Melchor Gaspar describe la jornada, en que todo era paz, concordia y amistad. Se refirió al estero de Aboño y aquí Miguel lanzó la primera lamentación. No es de extrañar. Yo recuerdo la idílica playa, convertida hoy en venenosa. La lectura se interrumpió por el dúo de Marina Gurdzhiya, al violín y David Roldán, con la viola, que interpretaron una obra de Boccherini. Magnífica.

La segunda lectura se refería a Gijón. En aquella época contaba tan solo 6.000 habitantes y la esperanza de vida no rebasaba los 37 años. No había Seguridad Social, ni seguro de desempleo y la mortalidad infantil era un azote. Eran tiempos muy duros. Pero Miguel apuntó que Jovellanos era un señorito que desayunaba chocolate. La segunda parada tuvo como protagonista a Haydn, contemporáneo de Jovellanos.

El prócer en sus diarios describe la playa de San Lorenzo, y se refiere a sus aguas, limpísimas? Miguel no dejó escapar la alusión. Dijo que había escuchado a un concejal decir por la radio, que teníamos que acostumbrarnos convivir con el carbón porque estaba limpio, y lavado, y añadió Miguel: "Yo tal vez me acostumbré al carbón, pero no al concejal". Mozart firmaba la tercera partitura.

Santa Catalina era un paseo para Jovellanos. Y a Miguel le gusta igualmente pasear por el Muelle. El Muro fue construido en 1907. Y la noche para Jovellanos era un misterio de soledad y calma. Había un coro de voces femeninas que entonaron una canción. Miguel quiso saber si había algún denuesto en los diarios y sólo encontró uno que se refería a los demonios colorados. "Yo soy muy mal hablado; lo heredé de mi padre". Los dos músicos remataron su actuación con una pieza contemporánea, obra de Martinu. Fue una actuación muy brillante. Mingotes terminó su charla diciendo que el 5 de enero cumpliría Jovellanos años y el pequeño coro interpretó "Noche de Paz". Se celebra el 235º aniversario de su señoría.

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