Las normas del mercado son cada vez más estrictas. El Ministerio de Sanidad exige cada vez más claridad en el etiquetado de los productos para paliar los efectos negativos que ha tenido en los últimos años el aumento de las alergias a determinados alimentos. Por eso el mero hecho de que un lote de Nutella comercializado hace varias semanas no tuviera los ingredientes especificados en castellano en el etiquetado ha hecho que se alerte a los consumidores de su "peligrosidad". Se trata de los lotes L33HV y L331HV de consumo preferente antes de octubre de este año. ¿El problema? Que pueden llegar a consumirlos personas que no sepan que son alérgicas a alguno de sus componentes por no entender lo que lleva la crema.

"El producto fue distribuido desde Andalucía. Como medida de precaución se recomienda a aquellos consumidores alérgicos a las avellanas y / o alérgicos o intolerantes a la proteína de la leche que pudieran tener el producto mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo", enfatiza la Agencia Española de Consumo haciendo hincapié en que para el resto de consumidores que no presenten ninguna de estas patologías anteriormente descritas "el consumo de estos productos no comporta ningún riesgo" por lo que se puede tomar sin problemas.

El aumento de las normas del etiquetado va a ir más allá. El Ministerio de Sanidad ya presentó hace varias semanas el "semáforo" con el que va a informar a los consumidores de lo beneficioso o perjudicial que es determinado producto atendiendo a si se trata de un alimento real o de un ultraprocesado con gran cantidad de azúcares y grasas que en no pocas ocasiones se intenta vender en los supermercados como algo "saludable". En este enlace puedes ver algunos ejemplos de cómo va a funcionar ese semáforo que va a señalar con el color verde los alimentos que se pueden consumir a diario, el amarillo los que es mejor consumir sólo de vez en cuando y en rojo aquellos que no aportan nada a tu salud o que, aún peor, la ponen en riesgo. Un semáforo que ha provocado alguna que otra polémica en la industria alimentaria.

Muchos de esos productores, de hecho, no descartan hacer cambios en sus recetas que les permitan ofrecer productos más saludables. Hace días (en este enlace lo puedes leer) varios de ellos ya se comprometieron a bajar la cantidad de azúcares que incluyen en sus productos para contribuir en la lucha contra la obesidad que sufren cientos de miles de españoles y que según las estadísticas va a ir a más en los próximos años si no se hace nada para remediarlo.