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Tres regiones lograron salvar el circuito de teatro que Asturias ha desmantelado

Madrid, Navarra y Canarias hacen compatible el sistema con la Ley de Contratos

Se abre el telón y, ante un auditorio vacío, aparece un escenario desierto. Esta escena, que parece propia de un chiste, es a lo que ha quedado reducida, a decir de los profesionales del sector, el Circuito Asturiano de Artes Escénicas tras la modificación impulsada por la Consejería de Educación y Cultura, que ha convertido el anterior sistema de contratación en una línea de subvenciones. Una medida que los rectores de la consejería explicaron, en un primer momento, por la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos del Sector Público. Una reforma legal que dificulta la contratación directa de espectáculos de todo tipo pero ante la que se pueden encontrar modelos alternativos para que siga habiendo contrataciones y espectáculos. De hecho, con la misma legislación nacional, tres regiones como son Madrid, Navarra y Canarias mantienen vivas redes teatrales análogas a la asturiana, y una cuarta, como es Cantabria, prepara su propio circuito, "Cantabria Escena Pro". Curiosamente, bajo presupuestos similares a los que regían en Asturias.

El origen del Circuito de Artes Escénicas se sitúa en 1998, cuando el gobierno del popular Sergio Marqués lo puso en marcha. Tres años después, el gobierno del socialista Vicente Álvarez Areces consolidó la iniciativa. El planteamiento era sencillo: el Principado y los ayuntamientos incluidos en el Circuito compartían gastos para facilitar una programación constante de teatro en los distintos concejos. Para ello, las compañías profesionales de la región incorporaban sus producciones a un catálogo, que se ofertaba a los consistorios. Por cada representación, el Principado pagaba en origen el 60% del caché (desde 2016 reducido al 50%), y los ayuntamientos adscritos al programa el resto.

El año pasado, el último de funcionamiento del Circuito bajo estos parámetros, el programa llegó a 25 ayuntamientos que sumaron más de 200 representaciones. En conjunto, participaron en torno a cuarenta compañías, en su gran mayoría asturianas. Era el alimento de un sector con más de 400 profesionales.

La nueva Ley de Contratos del Sector Público cambió el escenario. En su artículo 118, la norma limita la contratación sin publicidad por parte de las administraciones públicas a 15.000 euros más IVA. Una cifra que superan las compañías del Circuito que más trabajan. Ante este cambio legal, que entró en vigor en marzo del año pasado, el Viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, comunicó a las compañías que el sistema previo de contratación no se podía mantener, y que se procedería a su modificación para convertirlo en una línea de subvenciones.

En una comparecencia posterior en la Junta, el Consejero de Educación y Cultura, dijo que la medida era "una innovación" que propiciaría el "fortalecimiento" de la escena asturiana. Pero EscenAsturias, asociación que engloba a una treintena de compañías profesionales, alertó que en realidad esta medida supone desmantelar el Circuito, porque obliga a los ayuntamientos a adelantar la totalidad del dinero y confiar en que, posteriormente, el Principado les retornará, vía subvención, la mitad del coste. Y muchos ayuntamientos no pueden asumir esa inversión.

Modelos alternativos

Al tratarse de una normativa estatal, la Ley de Contratos del Sector Público debería haber afectado de manera análoga a todas las comunidades autónomas. Pero en algunas regiones han logrado impulsar modelos alternativos de gestión que les permiten sortear las limitaciones de la ley y mantener sus respectivos circuitos o redes de teatro. Es más, la propia normativa recoge una excepción para mantener estas contrataciones: se trata del artículo 168.2, que excluye de las limitaciones por cuantía a aquellos servicios en los que "el contrato tenga por objeto la creación o adquisición de una obra de arte o representación artística única no integrante del Patrimonio Histórico Español". Pero la clave reside bien en la firma de convenios específicos, bien en la consolidación de estructuras paralelas que puedan realizar contrataciones sin las cortapisas que sufren las administraciones públicas.

En Madrid y Navarra, las respectivas Consejerías de Cultura han asumido la contratación directa de los espectáculos en los consistorios de pocos habitantes. En Madrid, el modelo de funcionamiento es similar al que había hasta ahora en Asturias y persigue que, "al compartir recursos, ciudades grandes y pueblos pequeños puedan disfrutar de los mismos espectáculos". Pero en la Comunidad Foral, además, un total de 32 ayuntamientos se unieron, ya en 2013, para formar la Red de Teatros de Navarra, un ente autónomo que negocia directamente con el Gobierno autonómico. Esta misma vía es la que ha impulsado el Cabildo de Gran Canaria para salvar su propio circuito de teatro.

Según explican fuentes del Cabildo insular, ante la problemática que planteaba la nueva Ley de Contratos del Estado se optó por traspasar las competencias a una fundación, que se encarga además de gestionar la contratación de espectáculos musicales. El Cabildo otorga una subvención directa a esa fundación, que puede contratar sin las dificultades que sufre la administración. Además, se está asesorando a los Ayuntamientos para que puedan aportar su parte en la contratación sin sufrir las limitaciones de la legislación.

Estas soluciones, válidas para esas autonomías, no se contemplan en Asturias. El resultado, tal y como denunciaba ayer, Día Mundial del Teatro, Juan Ponte, de IU, es que "ya se llevan tres meses, salvo excepciones, sin programación teatral en las distintas localidades asturianas". Telón.

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