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JAVIER ÁLVAREZ | Motorista

"La muerte de un amigo en un accidente de carretera me alejó ocho años de la moto"

"Fui al Dakar con 60.000 euros, el presupuesto más ajustado, sin tocar mi sueldo porque tengo hipoteca y mis gastos diarios"

Javier Álvarez, reflejado en el retrovisor de una moto. IRMA COLLÍN

Javier Álvarez (Rañeces, Grado, 1978) es el primer asturiano que hizo el Rally Dakar y lo acabó en la categoría original, y sin asistencia, en la que compitieron 32 pilotos de moto de los 149 inscritos. La edición de 2018 se celebró en Perú, 80% de recorrido en arena blanda muy difícil de rodar. Con su moto KTM 450 Rally acabó 75.º en la general de motos, el 16.º en la categoría original.

- ¿Volverá al Dakar?

-Hay sueños alcanzables, como viajar a Grecia, e inalcanzables, como escalar el Everest. En el Dakar escalé el Everest. De los pilotos que debutan solo el 17% consigue terminarlo. Solo el 5% debuta en la categoría original. Cuando regresé no me planteaba volver, pero será más fácil si quiero hacerlo. El próximo será en Arabia Saudí. En julio, cuando publiquen el recorrido, si consigo que los patrocinadores aporten todo el presupuesto, evaluaré y decidiré si compito en 2020.

Nació en medio de una hermana, Verónica, y de un hermano, Manuel, los tres muy seguidos. Sus padres, Manuel y Amparo, dejaron la ganadería y la agricultura por la distribución de piensos y material agrícola y, más adelante, por una empresa de sistemas de protección contra incendios que continúa Javier.

-Desde niño me gustaron la mecánica, las motos y los coches. Salí así, sin tradición. Un primo de mi madre, Luis Miguel, me regaló a los 13 años una Puch minicross que había sido suya, la reparé y empecé a cambiar el aceite y las pastillas de freno de los coches de casa.

- ¿Por qué no hizo una FP mecánica?

-Estudié en el colegio público Virgen del Fresno y cursé una FP de peluquería en Oviedo. La ejerció durante la mili, en Noreña, y dos años en una peluquería de Grado. La mecánica me gustaba como afición, no como profesión. Me animó Francis, un amigo 14 años mayor, que había sido peluquero. Fue un gran impulsor del queso afuega'l pitu y de la denominación de origen y trabajé con él durante cuatro años, más adelante. Fue un hermano mayor para mí. Falleció hace cinco años.

- ¿Después de la Puch?

-Con los primeros sueldos de la peluquería, compré mi primera moto de trial, una Gas Gas, y enseguida competí.

- ¿Era competidor?

-Sí, hice piragüismo en categorías alevín e infantil y tuve resultados destacados y trofeos. Para la moto tengo cualidades innatas que mejoré con la práctica. En el trabajo, el deporte o la vida en general, lo que te apasiona lo vas a disfrutar y vas a ser bueno. Competí siete temporadas.

- ¿Cómo le fue?

-El primer año, el Motoclub Cuenca Minera me recomendó que compitiese en una categoría superior a la de mi nivel. Tuve muchas caídas y cogí respeto a la categoría y a la moto. Al año siguiente bajé a una categoría inferior, mejoré, gané, cogí confianza y al siguiente subí de categoría y tuve buenos resultados.

- ¿Cuántas motos ha tenido?

-Quince. En dos épocas. Competía para el concesionario de un taller de motos de mi amigo Lelo. A mis 26 años Lelo se mató en un accidente en moto de carretera y fue un shock tan grande que dejé de andar en moto ocho años. Estábamos muy unidos. No me gustan las motos de carretera. Tuve una y le cogí bastante miedo.

- ¿Por qué?

-Vas rodeado de peligros, coches, camiones, guardarraíles, condiciones del asfalto y velocidad. En el monte puedes ir despacio a 40 y rápido a 60. Si te pasa algo no es a 120. No recuerdo que nadie se haya matado con una moto de campo y mira lo que llevamos este año de carretera.

- Le gusta la naturaleza solo para la moto.

-Mi vida y mis aficiones están relacionadas por completo con la naturaleza. No quiero hablar demasiado de la caza porque te machacan en las redes sociales, pero mi padre fue cazador y pescador, soy de pueblo y siempre lo vivimos de forma natural. Me encantan los animales y no los mato porque los odie. Me gustan los caballos y vivir en el pueblo, donde tengo mi casa y mis perros.

- ¿Por qué volvió a la moto?

-Compré una de tipo trail, monte y carretera, para dar alguna vuelta con la novia que tenía. A ella no le gustó. Cambié la trail por una moto de enduro, exclusivamente de campo. Me animaron a competir en Tuña (Tineo) en la Copa Enduro Cuatro Estaciones. En la primera carrera quedé segundo. En 2014 fui con unos amigos a Marruecos a hacer un raid de excursión de siete días y 1.500 kilómetros por el desierto. Desde pequeño, por los reportajes del París-Dakar, me gustaban mucho los paisajes de África, las motos, los coches y los camiones. En aquel viaje conocí a dos pilotos aficionados madrileños que habían competido en el Rally Dakar y no eran millonarios. Descubrí las dunas... me encantó la conducción en el desierto y me planteé prepararme para el Dakar.

- Asturias no es un buen sitio.

-No. Lo más cerca que tenemos es el sur de Marruecos, donde bajé cinco veces, después de atravesar España. Por eso soy el primer piloto asturiano del Dakar.

- ¿Cuánto le costó el Dakar?

-Sesenta mil euros, el presupuesto más justo posible. No toqué mi sueldo, fui con lo que logré de patrocinio y de organizar fiestas, carreras de motos y vender camisetas. Tengo una hipoteca y mis gastos del día a día.

- ¿Qué piden para el Dakar?

-Un currículum deportivo con pruebas de carácter internacional terminadas. Hice la Baja Aragón en 2017 y el Afriquia Merzouga Rally en 2018.

- ¿Cómo es un Dakar?

-Hice la categoría original solo, porque la asistencia cuesta 15.000 euros mínimo. Es muy duro. Las etapas son muy largas, 12, 14, 16 horas, y cuando terminas tienes que reparar tu moto, ducharte, cenar y dormir lo que puedas, normalmente tres horas. Así durante once días. En la etapa 5.ª se hizo de noche en el desierto, tuve que pernoctar allí. Tardé 27 horas en acabar esa etapa, porque al día siguiente coincidía la de descanso y nos permitían llegar hasta las doce de la mañana. De todos a los que se nos complicó la etapa fui el único que no abandonó.

- ¿No le tentó pulsar el botón y que le sacara el helicóptero?

-No. Me había costado muchísimo llegar hasta allí. Hacía mucho calor, era difícil, estaba muy cansado y hambriento, me dolía el cuerpo entero, tenía heridas en las manos y rozaduras en los pies, pero mientras no me fallase la moto o no tuviese una lesión que no me permitiese seguir iba a ir hasta el final. El 80% del Dakar es mental. Vi retirarse gente físicamente más fuerte. En la vida normal soy así de cabezón.

- Vamos a su vida normal.

-Llevo catorce años en Marval Seguridad Integral, lo que más me gusta es la parte comercial, estar con la gente. Trabajo 365 días al año, a todas horas. Si sé que tienes un problema con los extintores de la comunidad, igual te los vendo. Estoy soltero y sin novia. Echo mucho tiempo fuera de casa y las parejas que tuve nunca me apoyaron demasiado con las motos. Recuperé las motos cuando quedé sin pareja en 2013 y desde entonces no tuve otra relación estable.

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