Dos problemas que provocan dolores de cabeza en España pueden neutralizarse entre sí, e incluso conformar un círculo virtuoso. El sociólogo Alejandro Portes planteó ayer en Oviedo que los poderes públicos "canalicen" a los inmigrantes hacia "los lugares en los que más se les necesita". Y propuso dos posibles destinos, que seguramente vienen a ser sólo uno: las tareas agrícolas y "los lugares que el Estado trate de reavivar de una forma u otra". O sea, la llamada "España vacía".

"Todavía no se ve la forma, pero hay una posible intersección entre ambas cosas: la inmigración puede ser una solución, sino total, sí significativa, al problema de la caída demográfica de los países avanzados", aseveró Portes, considerado uno de los sociólogos de mayor prestigio internacional. El experto comparó el panorama de despoblamiento de España con el de Japón, donde "la mitad del territorio está vacío, pueblos enteros están abandonados". ¿Causas? La principal, "la caída de la fertilidad".

Alejandro Portes (Cuba, 13 de octubre de 1944) aterrizó en Asturias al mediodía de ayer. Mañana recibirá el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2019. Nacionalizado estadounidense en 1968, ha sido profesor de diversas universidades norteamericanas de primera línea: Texas (1971-1975), Duke (1975-1980), Johns Hopkins (1980-1996) y Princeton, a la que llegó en 1997 y donde fue, entre 2003 y 2014, catedrático Howard Harrison and Gabrielle Snyder Beck del Departamento de Sociología. En 1988 fue cofundador del Centro de Migraciones y Desarrollo de Princeton, que dirigió entre 1999 y 2012. Desde 2011 es profesor de la Universidad de Miami y, desde el año 2014, emérito de Princeton.

El profesor Portes es un buen conocedor de España, donde ha desarrollado algunas de sus investigaciones. Sin embargo, ayer no quiso pronunciarse acerca de la crisis secesionista de Cataluña. "España siempre ha tenido regiones, pero no soy una autoridad", argumentó. Sin embargo, sí lo es, al menos en cierto modo. Tiempo atrás realizó una investigación entre adolescentes y jóvenes, hijos de inmigrantes, que residían en Madrid y Barcelona, y concluyó que "no se observaba una gran diferencia entre unos y otros en cuanto a efectos de las tendencias secesionistas". De hecho, "el 80 por ciento se identificaban como españoles".

Estrategia "proactiva"

El sociólogo cubano elogió la "paciencia" mostrada por España con la inmigración irregular proveniente de África llegada a través del Mediterráneo. Contrapuso esta actitud con las reacciones de rechazo expresadas por otros países europeos. Sin embargo, Portes advirtió de que la política tolerante de España "no es sostenible por su propio carácter caótico". El experto vaticina que esta llegada masiva de personas sin papeles puede generar una reacción de rechazo, "nativista", por parte de determinados sectores de población.

En consecuencia, el profesor Portes abogó por una estrategia "proactiva" por parte de los países receptores de inmigrantes. Esta línea de acción debe traducirse en la negociación de "convenios de colaboración" que permitan flujos ordenados de seres humanos desde los países pobres hacia los territorios desarrollados, aunque eso suponga "hablar con los gobiernos más corruptos que quepa imaginar". El objetivo de estos acuerdos debe traducirse en la consecución de "programas organizados de visados temporales", aclaró.

Alejandro Portes es miembro del Centro para la Investigación y el Análisis de la Migración del University College de Londres. Ha sido miembro del consejo asesor del Instituto Max Planck para el Estudio de la Diversidad Religiosa y Étnica, y profesor visitante en varias universidades europeas e iberoamericanas. Portes ha destacado por su actividad investigadora en los ámbitos de las migraciones internacionales, la sociología económica, el desarrollo comparativo, la urbanización de los países en vías de desarrollo y la marginalidad social.

El experto analizó la situación de la inmigración en Estados Unidos. A consecuencia de la fuerte recesión económica, a partir de 2008 experimentó un frenazo casi en seco de los trasvases desde México, tanto por la presión en la frontera como por la falta de empleo. "No había incentivos a la inmigración ilegal, la inmigración mejicana se redujo prácticamente a cero y no ha vuelto a recuperarse en términos de inmigración ilegal", señaló. Lo que se registra en el momento actual es "un cambio": de la inmigración indocumentada de antaño "se ha pasado a una inmigración legal y con visas temporales para los trabajadores manuales de la agricultura y de otros campos, y eso es absolutamente necesario para el mantenimiento de amplios sectores de la economía". Hasta el punto, apostilló Portes, que "si en Estados Unidos no hubiera inmigrantes, no habría industria agrícola".