"Sentado en el quicio de la puerta, / el pitillo apagado entre los labios, / con la boina calada y en la mano, / una vara nerviosa de avellano". Estos versos, inconfundibles y por todos conocidos, introducen uno de los himnos que Víctor Manuel ha compuesto y popularizado a lo largo de su carrera: "El abuelo Vítor". Sucede que, tras más de medio siglo sobre los escenarios, el cantautor asturiano se ha convertido, él mismo, en abuelo. A partir de esta circunstancia, el cineasta Emilio J. Ruiz bucea en la trayectoria vital y profesional de Víctor Manuel en "El abuelo Víctor", un documental que se presenta en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el próximo jueves, 12 de diciembre (20.00 horas), y que se puede adquirir en formato DVD junto con este periódico.

"El abuelo Víctor" surge "porque un director viene a hablar conmigo y me dice que le apetecería mucho hacer un documental sobre mí. Y se puso manos a la obra", explica Víctor Manuel. La propuesta se benefició además de un compromiso profesional del cantautor: "Coincidió que yo tenía que cantar en la Cuevona de Avín, que es muy guapa. 'Usa el chorizo de la actuación', le dije, 'y luego añade elementos al guiso'. Así que al final hay una entrevista conmigo, troceada, y luego intervenciones de diversos amigos, Serrat, mis hijos, David y Marina, Ana, Sabina, Miguel Ríos, directores de cine como José Luis García Sánchez... Así se armó".

Rodado en blanco y negro, el documental tiene como hilo conductor la vida de Víctor Manuel alrededor de la música. En palabras del cantautor, se trata de contar: "Cómo te metes en esto y qué sensaciones te produce después de estar 55 años cantando. Y demostrar que estoy dispuesto a seguir con ganas todavía".

Con alrededor de hora y media de duración, el documental incluye canciones en formato acústico, con acompañamiento de un piano. "Es un poco lo que era 'Vivir para cantarlo', que se trataba de contar mi vida a partir de las canciones, cómo habían nacido y tal", añade el cantautor. De hecho, durante el documental se escuchan algunas de las canciones que han jalonado la carrera del músico asturiano, temas que se han convertido en auténticos himnos para varias generaciones de españoles.

Para el cineasta, lo importante era buscar "el pensamiento de Víctor Manuel y su fuerza creativa más que la mera biografía; descubrir sus pensamientos más profundos". Además, Emilio J. Ruiz recupera vivencias muy relevantes de la trayectoria del músico asturiano, como su labor como productor cinematográfico. Pero lo que más destaca el director, tras completar este documental, es la calidad personal del cantautor: "Víctor Manuel ha sido a lo largo de su vida una persona cabal y consecuente con sus actos. Esa nobleza se aprecia también en su obra, tanto musical como cinematográfica. Y eso que arriesgó y le costó mucho salir adelante".

En relación a la filmación del documental, tanto Víctor Manuel como Emilio J. Ruiz destacan el acierto de articular el relato a partir del concierto que ofreció el cantante en la Cuevona de Avín, el 27 de octubre del año pasado. "En la cueva el sonido fue perfecto. Lo complicado era la humedad y el frío que hacía, pero el resultado es magnífico", sostiene el director.

Víctor Manuel también celebra su inclusión, porque guarda además un recuerdo muy grato de aquella actuación: "Fue un concierto muy especial. Préstame cuando me llaman para cosas raras. Meteme en un teatro o en un pabellón de deportes llevo haciéndolo toda la vida. Como el otro día en Cenera, me llaman para actuar en un pueblín chiquitín y digo inmediatamente que sí. O en Fuentelsaz, Soria, donde viven cien vecinos como mucho".

"La gente cuando dices que sí no se lo cree", revela el cantautor sobre esta predisposición a embarcarse en proyectos al margen de los circuitos habituales. "'¿Sí?', preguntan. 'Claro, venga, organicémoslo'", explica Víctor Manuel. La misma inquietud que le llevó a reflexionar sobre su vida y su obra ante la cámara, atenta, de Emilio J. Ruiz.