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"Star Wars" necesita un buen final

Llega a las salas de cine el "Episodio IX: El ascenso de Skywalker", la película que pone punto final a la saga galáctica

Daisy Ridley (Rey), en una escena del "Episodio IX".

Esta semana se va a hacer historia. Para bien o para mal, guste o no guste, el estreno de "Star Wars: Episodio IX: El ascenso de Skywalker" está llamado a convertirse en un hito de la cinematografía, puesto que este filme pone punto y final a una epopeya de nueve capítulos que comenzó en 1977 y que cambió para siempre la ciencia ficción en la gran pantalla.

Y como la historia tiene dos caras, la llegada de este título a las salas de cine el próximo jueves también viene acompañada de polémica. Es la primera vez en la historia de la franquicia galáctica creada por George Lucas que el estreno de una película genera más rechazo entre los fans que esa expectación que ha caracterizado a la saga a lo largo de los años. El fracaso del "Episodio VIII - Los últimos Jedi" supuso un antes y un después en la forma de ver estas cintas, dado que el público se cansó de la falta de esfuerzo para trasladar una historia convertida en leyenda viva del cine y que apenas profundizaba en sus personajes, exentos del carisma del Han Solo de Harrison Ford o incluso la versión joven del Luke Skywalker de Mark Hamill.

"Oscura, escalofriante y triste". Así ha definido Daisy Ridley, Rey, en esa nueva trilogía la cinta dirigida por J. J. Abrams que cierra la saga que comenzó (aunque no cronológicamente) con "La amenaza Fantasma" y narra la transición del joven Anakin Skywalker del camino de la luz al lado oscuro de la Fuerza. La actriz ha dejado sin palabras a los fans, al declarar que el filme tendrá un tono más siniestro que los anteriores episodios de la franquicia. "Definitivamente será más oscura. Tiene fragmentos que realmente darán mucho miedo. También es triste y alegre", reveló Ridley en una entrevista para Entertainment Weekly. Precisamente la relación de Rey con el lado oscuro de la Fuerza será uno de los principales temas de la película, así como también su conexión con Kylo Ren ( Adam Driver).

"Star Wars" necesita tener un buen cierre. No por temas económicos, sino por volver a recuperar esa confianza e ilusión de un público que jamás había criticado a una franquicia que amaba. Este título ha demostrado, además, que puede hacer las cosas muy bien independientemente de la trilogía original que nació en los setenta. Ejemplo de ello es el éxito de "Rogue One" y "The Mandalorian", la serie de un cazarrecompensas de buen corazón que actualmente se emite en Disney + y que ha conquistado a los espectadores desde el primer capítulo.

El problema es que J. J. Abrams ya ha declarado en una entrevista reciente que "no podemos olvidar que 'Star Wars' es para niños". Unas palabras que han hecho saltar las alarmas de los fans más puristas y que han reducido, aun más, las expectativas que hay sobre este nuevo filme.

Esta semana, los fans de estas aventuras en "una galaxia muy, muy lejana" acudirán al cine para ver el final de esta gran historia espacial. Seguramente no será el final que a ellos les gustaría, pero es muy importante que sea un final que guste. Que la Fuerza les acompañe.

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