"Mientras dure la exposición, estará por encima de nosotros Oscar Niemeyer, el arquitecto". Esto lo comentó el artista valenciano Juan Genovés a comienzos de este pasado verano en Avilés, cuando participó en la inauguración de la exposición del año en la ciudad: "La unidad dividida por cero". La muestra de Genovés y de sus hijos Pablo, Ana y Silvia -la primera compartida en amor y familia- cerró el año 2019 con 10.371 visitantes.
Faltan unos días para cerrar el número final -los organizadores han dado un mes más a su calendario previsto, hasta el próximo día 2-, así que la cifra definitiva variará por elevación.
El atractivo expositivo del año de Avilés es equivalente a la muestra que sobre Julio Verne se vio en la cúpula entre noviembre de 2016 y junio del año siguiente. Aquella exposición en Madrid desbordó previsiones (casi 220.000 visitantes) y en Avilés consiguió casi 11.000 espectadores. Fue, sin embargo, la muestra sobre Joaquín Sorolla la que hizo saltar la banca: 56.279 personas. En la memoria de 2018 (la muestra se cerró, en realidad, el 6 de enero de 2019) se puede leer al respecto que durante los seis meses en que la muestra promovida por la fundación María Cristina Masaveu Peterson,"Pedro Masaveu: Pasión por Sorolla", estuvo abierta "al público en la Cúpula, el espacio se convirtió en un lugar de encuentro imprescindible para todos los amantes del arte".
Lo singular de la exposición "La unidad divida por cero" es que vino acompañada por la instalación en la plaza del Niemeyer de la segunda escultura de Juan Genovés: "Transbase", situada a dos pasos de una de las entradas del auditorio del Niemeyer. Esa escultura se quedará en Avilés para siempre -en la plaza "abierta a los hombres y mujeres de todo el mundo", que dijo el arquitecto brasileño- gracias a una iniciativa cultural que contó con la colaboración preferente de LA NUEVA ESPAÑA, el Grupo Daniel Alonso y la empresa Ariexca.
"Transbase" asocia la ciudad con Madrid: en la capital nacional, está "El abrazo", la otra pieza externa y permanente que el artista valenciano creó desde esa nada a la que alude el título de la muestra familiar. El padre explicó a este respecto: "Siempre había visto la obra de mis hijos de manera independiente porque ellos han hecho lo que les ha dado la gana. Aquí, sin embargo, las suyas y la mía forman un crisol. Como si fuéramos acero".
