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Vacuna de sidra en vena: entre la ironía y la precaución

Chigreros y clientes mantienen, con la cautela debida, la costumbre de compartir vaso de un caldo que consideran "un desinfectante natural"

Vacuna de sidra en vena: entre la ironía y la precaución | MARA VILLAMUZA

Los sidreros no temen al coronavirus porque a un buen culete no hay quien le tosa. Nadie resta importancia a la epidemia que va camino de pandemia pero ya no es tan frecuente compartir vaso en el chigre. Como explica el hostelero Pedro Caramés, de la calle Gascona de Oviedo, "de toda la vida, cuando alguien está acatarrado no suele compartir vaso para no contagiar a nadie". Y existen maneras sencillas de distinguir el recipiente: colocarle la etiqueta de una botella. Y aquí paz y después gloria al empinar el codo.

Pese a que en la actualidad es habitual que si son dos personas las que van a tomar sidra, cada una disponga de un vaso, a medida que el grupo se agranda, la cosa se complica y lo normal es que el vaso se acabe compartiendo. Y aunque las autoridades sanitarias recomienden no usar dos personas el mismo recipiente y menos en las circunstancias actuales, lo cierto es que la tradición persiste.

Pese a que el avance del coronavirus, ya instalado en Asturias, recomiende tomar precauciones, las sidrerías no han notado un descenso en la venta de la bebida tradicional asturiana. "No hay miedo de ningún tipo", señala la ovetense Begoña Álvarez en una terraza de Gascona donde disfruta de unos culetes con su amiga Paula Escudero, que asegura que, llegado el caso, "podemos compartir vaso sin problemas".

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Las sidrerías asturianas se toman con humor el coronavirus

También Pedro Arias y Alexia Martínez se consideran bien protegidos del coronavirus en los chigres de Oviedo: "De momento, no vemos que exista ninguna contrariedad; si se complica más la cosa, ya veremos", señala Alexia. Y su compañero apostilla que "si el contagio afecta a algún conocido, entonces sí habrá que preocuparse; pero de momento, no".

El hostelero Jaime Álvarez va incluso más allá, y llega a atribuir al caldo asturiano propiedades muy beneficiosas para los tiempos que corren: "A Gascona nunca va a llegar el coronavirus; la sidra es un desinfectante natural", sentencia.

A la gijonesa Estefanía Gómez la irrupción del coronavirus tampoco le preocupa en exceso: ayer disfrutaba de unos culetes antes de comer junto a dos compañeros de trabajo. Y sí, compartían vaso. "Total, ya que se va a acabar el mundo, ¿qué más da?", bromea. Para el grupo, que trabaja en una confitería de la ciudad, la alarma provocada por el virus es "exagerada". "Si todos dicen que es como una gripe normal no sé a qué viene tanto cuento. Que luego igual lo pillo y me cago en todo, eh, pero tampoco parece que sea tan grave como para tener que quedarse en casa", matizan. También reconocen entre risas que no se están lavando las manos "más de lo normal" ni haber tomado por costumbre toser contra el codo y no en la mano. "Si le damos más importancia de la que tiene va a ser peor; también hay casos de gripe todos los años y salimos igualmente de casa. Hay que calmarse; si vas a salir a la calle pensando en que te va a entrar un cáncer, mejor te quedas en casa", proclaman.

En la mierense plaza de Requejo, epicentro de la cultura sidrera en Mieres, tampoco temen al coronavirus. Así lo asegura Susana Zapico, de la sidrería valles Mineros: "Aún no me he encontrado con nadie que me diga que le dé un vaso para él sólo, es verdad que cuando son dos personas sí se les ponen dos vasos, pero cuando son un grupo nunca. Además, estoy convencida que aunque tuvieran uno para cada uno al final se olvidarían de cuál es el suyo". Zapico atendió ayer a Patricia Antolín y su hija Gema Fernández, clientes habituales del establecimiento, quienes tampoco parecían temerosos con la epidemia. "De momento seguiré compartiendo el vaso, tampoco me parece que haya que alarmarse demasiado por el coronavirus, es casi como una gripe normal". Su hija opina lo mismo. "Voy a seguir compartiendo el vaso cuando tome sidra", afirma. En la mesa de al lado, Manuel de la Arena se muestra escéptico sobre la posibilidad de que el coronavirus pudiese transmitirse por compartir el vaso. "Se está exagerando. Estoy convencido de que todo pasará cuando suban las temperaturas".

Tampoco se ha instalado el pánico en los chigres avilesinos. "Es más lo que asustan a la gente que lo que pueda suponer contraer el virus", resuelve Raúl Martínez, sentado en la terraza de Sabugo y con un vaso de sidra en la mano, que no duda en compartir.

"Aunque ahora en casi todos los bares ponen un vaso para cada uno, si hubiese que compartir no habría ningún problema", asegura con aplomo el avilesino, que hasta bromea con las propiedades inmunizantes de la bebida autóctona: "Bebiendo sidra no hay problema, ni con coronavirus ni nada".

Lo mismo opinan en las sidrerías de Villaviciosa, donde los hosteleros reconocen que el coronavirus es solo argumento de conversación de barra: "Nadie va a dejar de beber sidra por miedo", concluye el propietario de un establecimiento.

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