"Llamar al 112" es el lema repetido en los últimos días como modo de evitar un colapso de los servicios sanitarios. La ciudadanía asturiana ha hecho caso y la consecuencia se plasma en episodios un tanto inquietantes. "Quédese en casa un mínimo de dos días aislada. Hasta mañana no podremos atenderle", es la respuesta que ayer mismo ofrecieron los servicios de emergencia del 112 a una mujer de Soto del Barco, cuidadora de mayores. Ésta se sintió indispuesta, con tos y fiebre (más de 38 grados), y avisó a los sanitarios, que le dieron tal solución ante la imposibilidad de hacer frente a la alta demanda de consultas.

El 112, número del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), es el habilitado por las autoridades para las consultadas relacionadas con el coronavirus. Pero en realidad, una vez que se plantea el motivo de la llamada, esta es desviada a la Unidad de Coordinación del Programa Marco de Atención a las Urgencias y Emergencias Sanitarias, más conocida como "SAMU Asturias". La media diaria de llamadas atendidas sólo por el coronavirus llega al millar. El martes fueron 1.163, el miércoles, 1.063 y a última hora de la tarde de ayer se superaban las 700 comunicaciones.

El aumento de la demanda ha hecho necesario un refuerzo del servicio, pero está previsto que en los próximos días se vuelva a incrementar la plantilla con otras 16 enfermeras, según anunció ayer una portavoz de la Consejería de Salud.

El SAMU sufre lo que se denomina "momentos pico". Es ahí donde se produce el colapso que padecen numerosos usuarios, con tiempos de espera que pueden llegar a 40 minutos, e incluso superarlos en algunas ocasiones, según han testimoniado a este periódico varios usuarios.

Hospital o domicilio

Los médicos que atienden las consultas al SAMU realizan una extensa encuesta al interlocutor para obtener la máxima información posible. No se trata solo de datos referentes a cuestiones como la edad, síntomas y patologías precedentes, sino también personales, para conocer los espacios en los que se mueve el paciente, si ha viajado o no, su grado de socialización y valorar los riesgos de contagio.

Con todos los datos que se aportan, los médicos deciden si el paciente debe ser trasladado al hospital o si debe ser recluido en su domicilio. Asimismo, se le indican las pautas que debe seguir, tanto esa persona como quienes conviven con ella.

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