A primera hora, y también durante toda la mañana, muchas calles de Oviedo olían a limpio, a desinfección. Claramente, a lejía. Un equipo de ocho máquinas baldeadoras de alta presión actuaron durante toda la mañana en numerosas calles de la ciudad y seguirán haciéndolo durante los próximos días. El objetivo, como otras medidas tomadas en la capital es evitar que aumente el contagio, frenar la propagación, como dijo el Alcalde de la ciudad, Alfredo Canteli (PP).

Entre las numerosas recomendaciones que se leen estos días aparece la de utilizar un único par de zapatos para salir a la calle y dejarlo a la entrada de casa, ante la relativamente larga vida que se le ha detectado al Covid-19. La lejía en las calles de Oviedo, que ayer era evidente a través del olfato en algunas de sus calles, contribuye a evitar esta propagación de un virus que exige numerosas medidas para combatirlo.