David Alonso García es avilesino, tiene 24 años y es uno de los afectados asturianos por el coronavirus, que ayer, según el recuento oficial del Principado, sumaban ya 545 personas. Alonso está ingresado en el Hospital Central de Asturias (HUCA) desde hace ya cinco días y, además, sufre una neumonía bilateral, que fue por lo que acudió al San Agustín de Avilés. "Poco a poco estoy mejor, pero estuve muy fastidiado", cuenta.

Alonso, que mejora con el paso de los días, aunque sigue necesitando asistencia de oxígeno, publicó hace días un vídeo en sus redes sociales, que rápidamente se hizo viral y en el que instaba a la ciudadanía a respetar el estado de alarma. "La gente no tiene que preocuparse con el coronavirus; tiene que concienciarse. El coronavirus no es una broma, necesitamos ser fuertes como sociedad y quedarnos en casa. Yo soy joven, pero la gente mayor corre más riesgo", dice el avilesino en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA desde su habitación del HUCA, donde únicamente tiene la compañía de otro paciente, también con coronavirus.

Alonso, que es el afectado más joven de los que están ingresados en el HUCA, describe en primera persona cómo vive un paciente de coronavirus en el hospital. "Estamos aislados, yo no veo al resto de pacientes, solo a mi compañero de habitación, que también está contagiado. Vemos a las enfermeras y al médico que nos trata, pero estamos con una mascarilla", indica. El avilesino pone por las nubes al personal sanitario asturiano, aún pendiente de enfrentarse a la peor parte de la pandemia. "Cada vez que veo a un médico esforzándose recupero la fe en la humanidad, solo esos pequeños gestos hacen que se me olvide el cabreo cuando veo a gente haciendo vida normal. Todo el personal del HUCA lo da todo, podemos estar tranquilos en ese aspecto. Por su esfuerzo, no será", asegura

La sanidad asturiana se prepara para lo peor. Y en el ambiente del HUCA se nota. La sensación de nerviosismo crece con el paso de los días, aunque la situación sigue controlada respecto a los niveles de otras comunidades: "Sí. Se ve que están un poco nerviosos, pero es normal. Lo llevan como pueden, pero sobre todo se quejan de la falta de medios", recalca el joven asturiano, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas en Segovia. Alonso insiste en su mejoría para tranquilizar a sus familiares, en vilo por él desde su ingreso, y pasa el tiempo en el hospital respondiendo a mensajes, leyendo y hablando con los más cercanos. "Están nerviosos, todos lo estamos, pero yo intento calmarlos. Estoy mejor y saldré de esta", destaca. En su aislamiento, aprovecha para mandar un mensaje a familiares muy especiales que sufren por él: "A mis dos abuelas, Juana y Martina: sé que lo estáis pasando mal, pero no os preocupéis, estoy mejor".

El avilesino insiste en la necesidad de que la población respete el estado de alarma y salga de su domicilio únicamente a lo estrictamente necesario, lo que ya hizo en su vídeo viral. "Yo creo que nuestro caso, a diferencia de los asiáticos, se basa en que tenemos una cultura muy de socializar y muy poco respetuosa: nos saltamos la cuarentena. Una persona en la calle, aunque no tenga síntomas, puede ser portadora y contagiar a alguien de una edad más mayor y ellos constituyen el verdadero riesgo de todo esto. Pido a la gente que se quede en casa", asegura.

En un momento en el que el consumo de las redes sociales se está desbordando por el confinamiento de la ciudadanía, el vídeo de Alonso fue de lo más comentado en los últimos días. Desde su publicación, el avilesino atiende dudas diarias de muchos usuarios: "No soy ningún experto, pero intento contestar a todo el mundo. ¡Y eso que hubo alguno que me insultó! En general, me habla mucha gente que tiene miedo. Creo que tenemos que guardar mucha calma". Alonso ha mejorado con el paso de los días y, aunque todavía no le han dicho nada, espera, si todo sigue yendo bien, poder recibir el alta pronto y seguir con la recuperación en su domicilio. Mostrándose cauto, aún no pone fecha al adiós del HUCA, pero tiene claro lo primero que hará una vez superado todo el calvario: "Ahí no dudo: comer las croquetas de mi tía. Tengo ganas de que todo esto acabe, pero sobre todo por mi familia, porque lo están pasando mal y no se lo merecen".